United States or Zambia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Mas esta, veloz como el rayo, abrió de un solo golpe la ventana de cristales, y echando fuera el busto entero y la mano en que tenía las cartas, gritó con gran fuerza: ¡Monina!... ¡Que te vas a caer!... No saltes más... Mademoiselle, quite usted a la niña la cuerda...

Atropelladamente, los tres bigardos salen de la cocina rosmando amenazas, y por el portón del huerto huyen a caballo. La vieja, con la basquiña echada por la cabeza a guisa de capuz, se acurruca al pie del hogar y comienza a gemir haciendo coro a la querella de los mendigos. Entra otra criada, una moza negra y casi enana, con busto de giganta.

Esta, apoyada sobre el hombro de su futuro hermano, seguía los movimientos del lápiz. Poco a poco se iba esparciendo por su rostro una sonrisa vanidosa. Después de trazar la cabeza, Gonzalo siguió con el busto. Le puso el peinador o matinée que la niña vestía, y se entretuvo buen rato a dibujar minuciosamente los lazos de seda con que se sujetaba por delante. Cuando el retrato estuvo terminado.

Sólo cuando se abría la puerta entraba un eco lejano y horripilante de risas y gritos que no eran como los gritos y risas del mundo. ¡Y cuántos y cuán bonitos libros encerraba el armario de caoba, sobre el cual gallardeaba un busto de yeso!

Aquella altiva y grave joven no era de las que dicen ligeramente los secretos de su corazón. En aquel momento miraba fijamente á Tragomer, que con su busto de gigante y sus brazos de Hércules, temblaba de emoción. Quería, precisamente, hablar con usted, señor de Tragomer, dijo María con acento firme. Hace seis meses, cuando usted partió, me tendió la mano y yo le di la mía.

Y sentado junto a ella estaba Maltrana, el heroico Maltrana, expresándose con vehementes gesticulaciones, echando el busto hacia adelante, cual si la muchacha tirase de él con magnética fuerza. Al ver a su amigo, mostró Isidro cierta turbación, se cortó su verbosidad, lo mismo que si acabara de sorprenderle en algo vergonzoso.

El busto endeble erguíase con una arrogancia natural dentro del mantón; sus pobres faldas de verano se movían con cierto ritmo majestuoso, sin tocar el barro, en torno de los pies pequeños, cuidadosamente calzados, que revelaban ser la parte más atendida de su persona. ¡Viva lo bueno! gritó el borracho poniéndose en jarras . ¡Ahí va la gloria del barrio!...

Deslizándose suavemente llegó al borde, y vio allá sobre el fondo verdoso su imagen mezquina, con los ojuelos negros, la tez pecosa, la naricilla picuda, aunque no sin gracia, el cabello escaso y la movible fisonomía de pájaro. Alargó su cuerpo sobre el agua para verse el busto, y lo halló deplorablemente desairado.

Aquí se da con un trozo de mosaico precioso, una bella baldosa de mármol, un busto raro de piedra ó una inscripcion histórica; allá con una ventana ogival, un balcon morisco, un curioso mirador, un torreon gótico ó un escombro lamentable. Toledo es el cementerio magnifico de dos civilizaciones, de dos razas; cada edificio es una tumba y cada puerta ó muro contiene un epitafio....

Las blancas tocas y la singular corpulencia denunciaban a doña Alvarez. Cada vez sacaba fuera mayor parte del busto, cobrando confianza. Por fin, chistó quedo, muy quedo, varias veces. Nadie respondía. El postigo cerrose.