United States or Marshall Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


El sombrero de copa da mucha respetabilidad a la fisonomía, y raro es el hombre que no se cree importante sólo con llevar sobre la cabeza un cañón de chimenea. Las señoras no se tienen por tales si no van vestidas de color de hollín, ceniza, rapé, verde botella o pasa de corinto.

Su cabeza es enérgica, redonda, fuerte, trasquilada al rape; muestra en su gesto y en sus ademanes como un desdén altivo, como un enojo reprimido hacia esta comida sórdida e indigesta que, poco a poco, con lentitud desesperante, nos van sirviendo. Yo que es el presidente del Círculo Industrial de Madrid; yo le reputo por uno de los hombres más enérgicos y emprendedores de la España laboriosa.

Mamette en su fuero interno pensaba indudablemente en que hacía ya un poco fresco para acompañarme hasta la plaza, pero tuvo la prudencia de no exponer su opinión. Unicamente, mientras le ayudaba a meterse las mangas del sobretodo, un bonito sobretodo de color rapé con botones de nácar, a la buena señora que le decía dulcemente: No regresarás muy tarde, ¿verdad?

Ese pobre señor se verá negro si quiere tomar rapé. ¡Vamos, vamos! si alguien vuelve alguna vez a sostener ante que los turcos son unos torpes, ya sabré qué responderle. ¿No os dije que os daría buena suerte? Eso me sucede siempre. Conozco, en cambio, un viejo que le ocurre lo contrario: da siempre la mala pata a sus clientes.

Los quintos salían de un cuartel próximo, derechos, muy abotonados de uniforme, las orejas coloradas con tanto frotárselas en las abluciones matinales, el cogote afeitado al rape, las manos en los bolsillos del pantalón, silbando alguna tonada.

No muy lujosa, es cierto, pero no la cambiaría por ningún palacio del mundo. Aquí todos somos hermanos, y el superior es nuestro padre que provee a todas nuestras necesidades humanas, incluyendo el rapé que consumimos. Aquí no hay celos, no hay rivalidades, no hay calumnias ni disputas.

Diciendo estas palabras, Rafael se levantó, se acercó al barón, a quien el oidor ofrecía a la sazón un polvo de rapé, le dio el brazo y en su compañía se acercó a la mesa del juego. La marquesa se guardó la regañadura para mejor ocasión. Rita se tapaba la cara con el pañuelo para comprimir la risa.

Por medio de un contrabandista que iba y venía con telas de algodón, hacía traer de Lisboa para D. Miguel el rapé más selecto; y, procurando que no le hiciesen mal, le enviaba confites, bizcochos y otras golosinas, a que el cura era muy aficionado. Otro íntimo de más importancia, era el médico D. Anselmo. Y digo de más importancia, por lo que él valía, no porque doña Luz le necesitase.

Siguió una pausa a tan profunda respuesta, y mientras tanto miraba yo de reojo al cura, que se zarandeaba y tomaba rapé para disimular y tomar una actitud que fuera conveniente. Mi buen cura le dije con voz insinuante, si fueseis tan amable como... ¿Qué más, Reina? Digo... os haría algunas preguntitas más sobre ciertos temas que me andan por la mente.

Pardiez, yo no me pienso moler por quitar las barbas a nadie: cada cual se rape como más le viniere a cuento, que yo no pienso acompañar a mi señor en tan largo viaje. Cuanto más, que yo no debo de hacer al caso para el rapamiento destas barbas como lo soy para el desencanto de mi señora Dulcinea.