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De aquí salió y anduvo todas las calles de la Reducción, y con ahullidos y bramidos como de fiera, aterrorizó sobremanera á toda la gente. El día siguiente se apareció á una hermana suya y á otros, con semblante horroroso, queriendo Dios que hubiese muchos testigos del caso, porque quien necesitase del temor para vivir bien, no pudiese negar el hecho para no temer.

En una sección de este barranco inmenso era donde trabajaban los hombres para elevar el nivel de las aguas unos cuantos metros, fecundando los campos próximos. Celinda daba gritos para excitar al caballo, como si necesitase comunicarle su alegría. Iba al encuentro de lo que más le interesaba en todo el país.

Por medio de un contrabandista que iba y venía con telas de algodón, hacía traer de Lisboa para D. Miguel el rapé más selecto; y, procurando que no le hiciesen mal, le enviaba confites, bizcochos y otras golosinas, a que el cura era muy aficionado. Otro íntimo de más importancia, era el médico D. Anselmo. Y digo de más importancia, por lo que él valía, no porque doña Luz le necesitase.

Buscaba un Pilades; toda amante le parecía una Safo, y estaba seguro de encontrar una Lucrecia el día que la necesitase. Desengañarle era una crueldad. ¿Por qué no había de ser feliz mi primo unos días como lo hemos sido todos? Pero además hubiera sido imposible. Limiteme, pues, a tomar sobre el cuidado de introducirlo en el mundo, dejando a los demás el desengañarle de él.

Al decir que tal vez necesitase usted refrescar el corazón quería indicar que acaso convendría que usted desterrase de él ciertas preocupaciones de carácter amoroso que algunas veces lo suelen alterar. No tengo esas preocupaciones que usted dice, ni pienso en tenerlas, por ahora, Dios mediante respondió la señorita con el mismo gesto desabrido y dirigiéndose siempre a Rosario.

¡Soy republicano!... ¡soy republicano! repitió con energía, como si luego de dicho esto no necesitase añadir más. Ferragut, no sabiendo qué contestar á su entusiasmo simple y sólido, se entregó á la cólera. ¡Márchate, bruto!... ¡No quiero verte, mal agradecido! Yo haré las cosas solo: no te necesito. Me basto para llevar el buque allá donde me plazca y cumplir mi santa voluntad.

Podía leer el castellano en las obras clásicas, pero no se atrevía á hablarlo. ¡Ah, España! ¡País de nobles tradiciones!... Y como si necesitase dar relieve á estos elogios con un rudo contraste, torció el gesto, hasta tomar una expresión colérica.

Es el capataz un caudillo, como en Asia el jefe de la caravana; necesítase para este destino una voluntad de hierro, un carácter arrojado hasta la temeridad, para contener la audacia y turbulencia de los filibusteros de tierra, que ha de gobernar y dominar él solo en el desamparo del desierto.

Conócese dijo el duque sonriendo á duras penas que aún os dura la rabia del encierro. Os hablo desembozado y nada más. ¿Y si fuese cierto que yo necesitase de vuestra ayuda?... Os la negaría, porque ayudaros á vos, sería desayudar á la patria y hacer traición al rey. Supongo que no os habréis atrevido á llamarme traidor. No; pero sois ciego, soberbio y codicioso.

Al que no lo necesitase nadie le impediría gastar su sueldo en obras de misericordia ó regalar al teatro mismo, para adorno de sus galerías y salones de descanso, bustos y pinturas que representasen á nuestros mejores dramaturgos, actores y actrices.