United States or Palestine ? Vote for the TOP Country of the Week !


Conviene hacerse respetar y temer. Conviene que sepan quién eres. Lo que yo te aconsejo es que tengas mucho cuidado con lo que haces, porque si castigas a doña Inés sin precaución, la justicia te empapelaría como un ochavo de especias, y hasta te podría meter en la cárcel o enviarte a presidio. No pretendas asustarme.

A la mañana siguiente tomé un coche y me fui al café de Silverio; pregunté allí dónde vivía Primo, y me dijeron que en el Real de la Feria, número... Acto continuo me dirigí allí, siempre en coche, porque aunque había convenido conmigo mismo, al separarme de Gloria, en que nada en el mundo podía asustarme, durante la noche había hecho alguna ligera rectificación a este juicio.

Tiró para adelante el hombre, á cuya capa iba asido Quevedo, y siguióle éste pensando para sus adentros: Póneme más en cuidado que nunca la amistad de éste; paréceme que se han propuesto asustarme... ¡y vive Dios! que lo han conseguido... por , acostumbrado estoy á estas aventuras... pero don Juan... preso también... ¡pueden salir de aquí tantas cosas!...

Refúgiate siempre en ... aun cuando te figures que yo soy el enemigo contra el cual necesitas protección. Estaba bien dicho, ¿no es cierto? Era porque la piedad y el buen deseo me inspiraban. ¡Qué pobre diablo era yo! ¡Como si un poco de juventud no valiera mil veces más que la piedad más tierna! Pero el efecto de mis palabras fue tan violento e inesperado que llegué a asustarme.

Ella, siempre me llamaba «el encanijado». Yo sonreía sin escandalizarme. «El encanijado» era efectivamente el nombre que me daban en casa, por ser delgado, entrar en todas partes con el pie derecho, asustarme de los ratones, tener en la cabecera de mi cama una estampa de Nuestra Señora de los Dolores, que perteneció a mi madre, y andar un tanto corcovado.

Un helado calofrío recorrió todo mi cuerpo al oírla proferir, con el tono tranquilo de un colegial que recita una lección, esas palabras de una tristeza desesperante. No protestes continuó, no es sólo de hoy que lo ; siempre tuve ese presentimiento, y verdaderamente no necesitaba asustarme tanto hoy.

puedes ser y eres mi diablo amor. ¡Oh! ¡y qué palabras! Creo que he nacido maldito, Catalina continuó Quevedo. quieres asustarme. No... respondió Quevedo con voz vibrante ; las palabras que te digo, se me salen á borbotones del corazón.

Currito no se arredró por eso, sino que cayó sobre , ora agachándose, ora dando brincos, ora acometiéndome por un lado, ora por otro. Por dicha, y si he de decir la verdad, yo sospecho que él no tenía gana de herirme, sino de asustarme.

Tanto mejor; y quiera Dios que siga andando, como el judío errante, hasta el día del juicio. Ahora vengo de ver los toros de la corrida de esta tarde. ¡Ya nos darán que hacer los tales bichos! Hay uno negro que se llama Medianoche, que ya ha matado un hombre en el encierro. ¿Quieres asustarme y ponerme peor de lo que estoy? dijo María . Cierra las persianas, que no puedo aguantar el resplandor.

Me enfada esta niña con su inocencia y su cara bonita. Parece que se la pone al lado como un escudo contra ... Es fatalidad esta; las pocas veces que la cojo sola, no adelanto nada. Si le digo cualquier reticencia delicada, se hace la tonta. Evita el encontrarse sola conmigo, y ahora trae siempre a rastras al espantajo angelical de su hermana para asustarme».