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Llegais por fin á un alumno de entendimiento claro y sobresaliente: traza la figura con mas ó ménos desembarazo, segun su mayor ó menor agilidad natural, recita mas ó ménos rápidamente las definiciones, segun la velocidad de la lengua; pero llamadle al análisis, y notaréis desde luego la claridad y precision de sus ideas, la exactitud y concision de sus palabras, la oportunidad y tino de las aplicaciones.

El pesimismo se expresa en ellas con tanto chiste y gracejo, que regocija, en vez de desesperar, y hasta se le antoja á quien lee ó recita aquellas blasfemias, no ya que él debe perdonarlas propter elegantiam sermonis, sino que hasta la Soberana Potestad, á quien se dirigen, en vez de castigarlas, las celebra y las ríe, como ríe y celebra la madre cariñosa y benigna al niño pequeñuelo y mimado, si la insulta por que no le da, para que no le hagan daño, las chucherías y golosinas que le pide.

Uno la recita, y al concluir, ya se ha puesto otro de pie y comienza la suya tomando las rimas forzadas en el orden contrario.

Remátense las escenas con sentencia, Con donaire, con versos elegantes, De suerte que al entrarse el que recita No deje con disgusto al auditorio En el acto primero, pongo el caso; En el segundo enlace los sucesos, De suerte que hasta medio del tercero Apenas juzgue nadie en lo que para. Engañe siempre el gusto, donde vea Que se deja entender alguna cosa De muy lejos de aquello que promete.

»Amigo mío; aquí también hay una especie de alta sociedad, y se pasa el rato alegremente en conciertos, fiestas y representaciones. Los romances moriscos que recita aquella vieja que parece exacto traslado de la tía Fingida, y en efecto lo es, han producido en mayor sensación que las fanfarronadas de todos los cómicos modernos.

habrás notado que en público los de la clase jamás faltan a la más estricta y meticulosa... eso, decencia. Que es lo principal dijo doña Anuncia, como quien recita el decálogo.

Calla de pronto el coro escolar, y por las ventanas abiertas llega hasta nosotros la voz de un niño, el más aplicado tal vez, que recita una fábula: La cigarra y la hormiga. Como el griterío de una muchedumbre alborotada que contesta á ultrajantes alusiones, suena el chín-chín de numerosas cigarras moviendo sus cimbalillos entre las cortinas del follaje.

Casi todas las tardes se arma allí tertulia y grata conversación, siendo los más constantes el escribano, el boticario, nuestro don Paco y el señor cura, quien al toque de oraciones recita el Angelus Domini, al que responden todos quitándose el sombrero y santiguándose y persignándose.

Fadrique dijo: Todas esas cosas que decís son por cierto de mucho entretenimiento, mas el mayor del mundo es el emplear el hombre el tiempo en lo que es de su gusto, y hay personas que no gustan de las cosas que decísAsí que abandonan el teatro sale la Fortuna, dama que en vez de pies tenía dos ruedas y alas en las manos, que recita el prólogo y se retira.

Y aparecen figuras extraordinarias, enigmáticas, en quienes palpitan encarnaciones distintas y olvidadas de la eterna Eva. Allí se acercan la Venus Fecunda, ensangrentada por un cilicio, envuelta en un sudario, y María de Nazareth, coronada de pámpanos y esgrimiendo el tirso de las bacantes. La diosa gentílica canta el Dies irae. La virgen cristiana recita los versos impíos de Lucrecio...