United States or Mauritania ? Vote for the TOP Country of the Week !


El P. Gil, a quien no sucedía otro tanto, respondió muy cortésmente y preguntó por D. Restituto. El señor cura debe de estar hacia el establo. Pase usted, D. Gil. Iré a llamarlo. No hay necesidad: yo mismo iré a buscarlo. ¿El establo está aquí?... , señor; aquí detrás de la casa.

Pensad en lo que es la tierra, comparada al mundo hacia el cual esa alma angelical acaba de remontar su vuelo prematuro, y decidme, si os fuere posible, por el ardor de un voto solemne, pronunciado sobre ese cadáver, llamarlo de nuevo a la vida, decidme si alguno de vosotros se atrevería a hacerlo oír»... ¡Salud al Tajo mezzo-cuale! ¡Qué orillas encantadas!

Probablemente para su limitada inteligencia y desde el punto de vista pagano, el «clima de Dios», como solemos llamarlo, no brindaba con las dulzuras, suavidad y misericordia que se le atribuyen.

La convicción profunda que Almudena mostraba hizo efecto en la infeliz mujer, quien, después de una pausa en que interrogaba los ojos muertos de su amigo y su frente amarilla lustrosa, rodeada de negros cabellos, saltó diciendo: «¿Y qué se hace para llamarlo? Yo diciendo ti. ¿Y no me pasa nada por hacerlo? Naida. ¿No me condeno, ni me pongo mala, ni me cogen los demonios? No.

Habiendo decididamente rehusado aquél servir de intermediario con Fabrice para que éste hiciera el retrato de la joven dama a la moda, ésta lo despidió después de una violenta escena, y aunque mandó llamarlo al día siguiente por medio de un almibarado billete, Pedro fue inexorable, por más que el barón Julio, completamente domesticado ya, se hubiese tomado personalmente el trabajo de llevar por mismo la misiva.

Es que no , no me atrevo dijo la sirvienta con desconfianza . El señor está acostado todavía. ¿No podríais esperar una media horita? No, os ruego que vayáis en seguida y digáis al señor Federico que el aya del castillo de Orsdael ha venido a hablarle de cosas importantes. ¡El aya de la señorita de Bruinsteen! exclamó la sirvienta con sorpresa . ¡Oh, ya comprendo! , , voy a llamarlo.

Y prosiguió, con variaciones sobre el mismo tema, excitando la codicia del hospitalario y halagando su vanidad con llamarlo a roso y velloso su paternidad. Parece que el muy tunante guardaba en la memoria este pareado: para surgir, con adularte basta; la lisonja es jabón que no se gasta. Mucho alcanza un adulador, sobre todo cuando sabe exagerar la lisonja.

Tanto gaucho pialador y tironiador sin yel. ¡Ah, tiempos... pero si en él se ha visto tanto primor! 38 Aquello no era trabajo, mas bien era una junción, y después de un güen tirón en que uno se daba mana, pa darle un trago de cana solía llamarlo el patrón.

Y eso había sucedido precisamente... el hombre había reventado... Ahí estaba, tendido a mis pies, en el gran cajón blasonado; me parecía que tenía que golpear la tapa y llamarlo: «¡He, Pütz! basta de farsas! ¡sal de ahí, que tenemos que hacer nuestro piqué

Sus piruetas consisten en dar un salto mortal y caer en casa de algún amigo a la hora de comer, y son titiriteros porque trenzan volatines y corvetas para vender libros viejos y hurtarles otros, en un descuido, a los mercaderes de libros, aunque este ejercicio mejor estaría llamarlo de prestomania o magia de salón. ¿Tienes algún nombre? Esta es la pregunta de ritual entre los operadores.