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No contenta con lo cual, y viendo que Lucía, semianegada en olas de lino, hacía signos negativos con cabeza y manos, tocó otro resorte y trajo enormes cajas de cartón, que, destapadas, mostraron encerrar gorritas microscópicas, pañales de franela festoneados menudamente, capas de merino y de piqué, faldones inverosímilmente largos, y otras menudencias que arrebataron a Lucía la sangre al rostro.

Sintió que era impotente para luchar con aquel apetito de venganza. Toda su filosofía despiadada, indiferente, se había ido a pique. El mundo dejó de ser pura representación; se convertía en realidad innegable; la vida adquiría el valor absoluto que tiene para todo ser finito. Era forzoso, a despecho de la razón, satisfacer los instintos animales que gritan en el fondo de nuestro ser.

No sólo las leyendas, sino también los hechos históricos, que tienen la hermosura de las leyendas, están repetidas varias veces. No es Hernán Cortés el único, por ejemplo, que echa a pique las naves. Lo mismo habían hecho antes Agatocles en Africa, los muladíes cordobeses en Creta, y los aragoneses y catalanes en Galípoli.

En cuanto á tío Nardo, si hemos de ser justos, desde que pudo apreciar la magnitud real y efectiva del barco hasta que llegó á su costado, no pensó más que en calcular cómo no se iría á pique un cuerpo tan pesado, siendo el cuerpo tan duro y tan blando el elemento que le sostenía; cuestión que trató con sus vecinos más de una vez, á su vuelta á la aldea.

La compañía en que estaba Cervantes pasó á Cerdeña, permaneció en ella en el invierno de 1573 á 1574 y marchó después á Génova, en donde habían ocurrido algunos desórdenes. Un huracán casi echó á pique á su galera, y la arrastró de nuevo á la costa italiana.

El dueño se quejaba de que él le echaba á perder el bosque, el otro lo negaba; como que en este mismo lugar estuvieron el otro dia á pique de darse de garrotazos. Miren Vds.... sino que uno no debe perder á un infeliz.... casi cada dia estaban en pendencias en este mismo lugar. Entónces no hable V. mas.... es una atrocidad! pero ¿cómo se prueba?....

Pronto salió á navegar, y fué á la Habana en ocasión tristísima. España estaba en guerra con los ingleses, y la capital de Cuba fué atacada por el almirante Pocok. Echado á pique el navío en que se hallaba nuestro bermejino, la gente de la tripulación, que pudo salvarse, fué destinada á la defensa del castillo del Morro, bajo las órdenes del valeroso D. Luis Velasco.

Dejé yo entonces mis éxtasis contemplativos y piqué a mi dócil y resignada cabalgadura, que arrancó trotando a la querencia de la otra. Pocos pasos antes de llegar yo al punto en que me aguardaba el espolique, volvióse éste hacia ; y tendiendo el brazo derecho en dirección opuesta, me dijo con cierta solemnidad que entonaba muy bien con lo señalado por su mano: El Puertu.

Le he contado nuestro pique con la Bonnetable y mi desencanto a propósito de las solteronas desde que las estudio al natural.

No puede ser, querido: esas brevas son demasiado fuertes para ; yo gasto unos cigarros más flojos... aquí tiene V... si V. gusta... Muchas gracias: yo necesito que pique un poco el tabaco; lo flojo no me sabe a nada... ¡Milagro será pensó Miguel que te tragues esa copaza y esa breva! Pues como le iba diciendo, Sr.