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Muy pronto se cumplió su anhelo; pero antes, movido por sentimientos que llenaban su espíritu, que le atormentaban y que acabaron por desbordarse, hizo a Tiburcio, que sobre todo le interrogaba, confidencias que jamás a nadie había hecho y que en cifra declararemos aquí.

Con los graves historiadores, Michelet, Guizot, Thiers, se remontaba hacia el pasado, se interrogaba a los antiguos, se sentía latir el corazón de Francia y se comprendía que, según la bella expresión de Renan, «la patria» es el recuerdo de las grandes cosas que unos cuantos hombres han hecho juntos.

Simoun la sacó con mucho cuidado, y retirando el mechero, descubrió el interior del depósito: el casco era de acero, grueso como dos centímetros y podía contener algo más de un litro. Basilio le interrogaba con la mirada: nada comprendía. Sin entrar en explicaciones, Simoun sacó cuidadosamente de un armario un frasco y enseñó al joven la fórmula escrita encima.

Y a cada cinco minutos la señora Pepa entraba en el cuartuco llenándolo con su corpulencia descomunal, y ordenando militarmente a Chinto que corriese a desempeñar algún recado indispensable. Aceite, rapaz... ¡un poco de aceite! ¿Qué tal? interrogaba la madre. Bien, mujer, bien.... ¡Aceite, porreta!

¡Ya han fondeado, ya han fondeado los buques! gritaban a nuestra alrededor. Vea, señor, le decía un negro a un caballero petizón, que en vano se empinaba para poder ver; vea, allí, allí y apuntaba con el dedo índice. ¿Adonde? ¿adonde? interrogaba el otro impaciente, parado sobre la punta de los pies.

Observaba en qué sentido podían impresionarla, por qué aspectos de indigencia o de grandeza podría agradarle aquel horizonte siempre triste. En cuanto me era dado la interrogaba sobre estos detalles de sensibilidad en todo exterior.

He aquí por qué sus padres desconocían un mal que con el tiempo no hacía más que crecer, y finalmente, cayó enferma víctima de una cruel enfermedad, y en los accesos de delirio pronunciaba con frecuencia el nombre de Guillermo. Cuando la fiebre comenzaba a calmarse y Cornelia recobraba el sentido, su madre se sentaba a su lado y la interrogaba de nuevo.

A veces, cuando el matrimonio joven venía de paseo y entraba en el gabinete donde estaban la señora y su hija Presentación, aquélla les interrogaba con cierta condescendencia irónica: ¿Qué tal, hijos míos, habéis paseado muy largo? ¿Hasta dónde habéis llegado? ¿Os habéis divertido? El tiempo está muy hermoso. Hacéis bien en no desperdiciar tardes tan deliciosas.

Mientras D. Facundo interrogaba al mayor con extremada habilidad para enterarse pronto de lo que necesitaba saber, Miguel hablaba con el chiquitín. ¿No os habrán dado hoy de cenar? No dijo el niño moviendo la cabeza a un lado y a otro. ¿Y habéis comido por la mañana? . ¿Y qué habéis comido? Lentejas y pan. ¿No habéis comido nada desde entonces? Un poco de pan que me dio Pepe. ¿Quién es Pepe?

Tenía a Juan de pie delante de la cama durante horas enteras, lo interrogaba, y frecuentemente toda la noche transcurría en discusiones interminables. La paciencia del joven era inagotable y pasaba, sin lamentarse, de la labor del día a la fatiga de las noches. María Teresa se habituaba también a confiar en su presencia.