United States or North Macedonia ? Vote for the TOP Country of the Week !


¡A , Horn! gritó el Capitán . ¡A , Cornelio, Hans! ¡Salvemos a los hombres que están en las chalupas! Manejando los fusiles como mazas, se arrojaron sobre los salvajes, matando a unos cuantos de ellos y logrando contenerlos por algunos instantes; pero los salvajes volvían a arremeter, animándose con gritos feroces.

Entre todas las naciones del mundo no se hallaria otra mas inquieta, ni mas inclinada á vagar que esta; porque ni una extrema vejez, ceguera, ú otro cualquier mal, es capaz de contenerlos; son fuertes, bien hechos, y no tan cetrinos como los otros indios.

No se descuidó Orellana en tomar cuantas prevenciones consideró oportunas para evitar el ser sorprendido aquella noche, pero el enemigo no hizo movimiento alguno; hasta la una de la tarde del dia siguiente, que se puso en marcha para atacar los indios fieles que estaban apostados en el Cerro del Azogue, y habiendo conseguido desalojarlos, bajaron en su seguimiento hasta el Castillo de Santa Bárbara, con tanto impetu, que fué preciso saliese la guarnicion á sostenerlos, empezando de este modo la accion por aquel lado, que en breve se hizo general, y fué preciso oponerles la caballeria por la parte de la campaña, y destacar algunos piquetes de fusileros para contenerlos cerca la iglesia de San Juan, donde hacian sus mayores esfuerzos para ocupar aquel puesto: y aunque duró por largo rato la obstinacion y la resistencia por una y otra parte, fueron al fin rechazados con pérdida de algunos de los suyos, y sin daño considerable de los nuestros.

Desde aquella tarde ningún momento había dejado de pensar lo mismo; que era absurdo que la vida pasase como una muerte, que el amor era un derecho de la juventud, que Vetusta era un lodazal de vulgaridades, que su marido era una especie de tutor muy respetable, a quien ella sólo debía la honra del cuerpo, no el fondo de su espíritu que era una especie de subsuelo, que él no sospechaba siquiera que existiese; de aquello que don Víctor llamaba los nervios, asesorado por el doctor don Robustiano Somoza, y que era el fondo de su ser, lo más suyo, lo que ella era, en suma, de aquello no tenía que darle cuenta. «Amaré, lo amaré todo, lloraré de amor, soñaré como quiera y con quien quiera; no pecará mi cuerpo, pero el alma la tendré anegada en el placer de sentir esas cosas prohibidas por quien no es capaz de comprenderlas». Estos pensamientos, que sentía Ana volar por su cerebro como un torbellino, sin poder contenerlos, como si fuesen voces de otro que retumbaban allí, la llenaban de un terror que la encantaba.

Teneis noticia de que dos personas de amable trato y bella figura, han trabado relaciones muy íntimas y frecuentes; ambos son virtuosos, y aun cuando no mediaran otros motivos, el honor debiera bastar á contenerlos en los debidos límites.

A contenerlos se destacaron D. Manuel Castilla, corregidor de la primera, y D. Francisco Laizequilla, justicia mayor de la segunda, para que se dirigiesen sin pérdida de tiempo á pacificarlas con las tropas de ellas mismas, que servian en el ejército: y el Comandante General con el resto de él determinó encaminarse á Puno con la mira de libertar aquella villa de los conflictos en que se hallaban, y adquirir seguras noticias del estado de la ciudad de la Paz, los Charcas y demas provincias de la Sierra, cuya suerte ignoraba enteramente, por haber los rebeldes cerrado los pasos y tener interceptada toda comunicacion con ellas.

Iguales diligencias manifesté á dicho Exmo. Señor serian útiles practicar desde la fronteras de Buenos Aires y sus guardias, destinando sugetos adaptados para el caso; con cuyos conocimientos era fácil con dos expediciones que salieran de esta capital y Rio Negro contenerlos y refrenarlos.

En ellos se encuentran verdaderos tesoros y maravillas de arte; pero por desgracia los locales no son suficientes para contenerlos ni están bien apropiados al objeto.

Según dice Riccoboni, desde el año de 1620 hubo tal afición en Italia á las comedias españolas, que las traducciones é imitaciones de las obras de Lope de Vega y de sus coetáneos sustituyeron casi por completo en los teatros á las comedias y tragedias originales italianas . El célebre actor de Adone, Marino, dice, en su Elogio fúnebre de Lope, que era costumbre de los empresarios de teatro de Italia y Francia, y para aumentar sus entradas, anunciar en los carteles que la comedia que había de representarse era de Lope de Vega; y que bastaba sólo su nombre para atraer tantos espectadores, que ni bastaba el teatro para contenerlos ni su caja para guardar el dinero .

Marianela, que mientras oía tan nobles palabras había estado resistiendo con mucho trabajo los impulsos de llorar, no pudo al fin contenerlos, y después de hacer pucheros durante un minuto, rompió en lágrimas. El ciego, profundamente pensativo, callaba. Florentina dijo al fin tu lenguaje no se parece al de la mayoría de las personas.