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No hay duda de que sólo convirtiendo el tiempo presente en base de la acción, y buscando en él los elementos poéticos, es posible crear el verdadero drama nacional; pues éste, que debe encaminarse á mover el interés, del auditorio, ha de renunciar á todo aquello, que no sea comprensible al mismo y no le haga viva impresión, valiéndose de los sucesos y recuerdos de épocas anteriores ó de pueblos extraños, sólo en cuanto se asemejan á lo presente y puede ser entendido por los espectadores.

Jornada primera. Cárcel de esclavos en Marruecos. Razonte, joven castellano de familia distinguida, es cautivado por piratas moros en las costas de España, cuando se disponía á encaminarse á Madrid para casarse con la bella Angélica. Yace durmiendo en su prisión subterránea, y es visitado por el Dios Amor, que lo exhorta á huir de su cárcel, porque, de no hacerlo, perderá á su prometida.

Para encaminarse por tierra, de esta mision á la de Trinidad, que se encuentra al este, se andan como quince leguas. Se puede tambien ir en canoa, subiendo el Tijamuchi, que recibe mas arriba de San-Ignacio el tributo del rio Taricuri, igualmente navegable hasta el pié de las últimas montañas.

Camino de Trinidad á San-Xavier. Hay doce leguas de Trinidad á San-Xavier, que está hácia el norte: para encaminarse á este lugar, es menester atravesar á caballo la llanura sembrada aquí y allí de palmas carondais, miéntras que para la conduccion de mercancias se baja como legua y media, por la llanada del oeste, hasta el rio Ivari por el cual se sigue, llevando los cargamentos en canoas.

Su amor propio le sugirió la idea consoladora de que había ido, no por su gusto, sino arrastrada por Antonio, quien tenía interés en aturdirla y aun corromperla, por aquello de que «á río revuelto ganancia de pescadores». Se detuvo un instante á calcular adónde podrían haber ido, y después de pesar atentamente las probabilidades resolvió encaminarse al teatro Principal. El salón estaba ya lleno.

El capitán Don Gabriel de Herrera tiene relaciones amorosas con Doña Violante, valenciana distinguida, á la que abandona después por encaminarse á Madrid á solicitar el perdón del Rey, por haber matado á otro en un desafío mientras vivió en Flandes.

Cuando más adelante libra á Alfonso de grave peligro de muerte, se lisonjea de haber conseguido la realización de su más ardiente deseo: logra una sortija que ha de servirle de señal para rescatar al conde de Saldaña; apresúrase á encaminarse con ella á la cárcel; estrecha entre sus brazos á su padre, á quien deseaba conocer tanto tiempo hacía, y lo besa con ardor; pero permanece en la más absoluta inmovilidad, sin responder á sus apasionadas caricias, y sus miembros parecen yertos é inflexibles.

La luna estaba algo oculta por las nubes, pero a la luz opaca y nebulosa que esparcía, pude distinguir que aquellas dos figuras eran un hombre y una mujer. A él me fue imposible reconocerlo de espaldas; pero el porte y el modo de caminar de su compañera, al encaminarse con paso apresurado hacia el sombrío círculo de obscuros y desnudos árboles, me eran muy familiares. Aquella era Mabel Blair.

¡Ah! ¿Conque vuesa merced es sobrino del señor Francisco Montiño? dijo acompañando sus palabras con una sonrisa suntuosa ; eso es distinto, vamos, y llevaré á vuesa merced hasta donde sin tropezar y en derechura pueda encaminarse á la cocina. Y, volviendo atrás, se entró por una puertecilla situada en un ángulo, subió por una escalera de caracol y salió á una larga galería.

Estas repetidas victorias nada mejoraban las necesidades y situacion del ejército: crecian los obstáculos, y las escaseses aumentaban; de tal suerte, que considerándose ya D. José del Valle en una situacion crítica y delicada, determinó variar de ruta para encaminarse á Tinta, donde tenia el rebelde el cuartel general y repuestos de guerra: y bajando para este logro una cañada situada entre elevadas montañas, halló un benigno temperamento, y tanta abundancia de alimentos, que su tropa consiguió reponerse en pocos dias de sus pasados quebrantos, y continuar cómodamente las marchas: bien que con muchos dificultades que superar, así por los estrechos pasos, como por las grandes y profundas cortaduras que los enemigos no supieron defender, ni menos aprovecharse de estas ni otras infinitas ventajas que le proporcionaban aquellos ásperos terrenos, que en muchos parajes la naturaleza ha hecho inaccesibles.