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Actualizado: 15 de junio de 2025
Esta noticia infunde en el enamorado nuevo vigor, y, aunque no libre del todo de recelo, se apresura á encaminarse á Verona. En la escena siguiente vemos á Antonio y al conde París lamentándose de la muerte de Julia. Antonio, ya sin herederos, resuelve casarse con su sobrina Dorotea, para que su fortuna no pase á otra familia después de su muerte.
A contenerlos se destacaron D. Manuel Castilla, corregidor de la primera, y D. Francisco Laizequilla, justicia mayor de la segunda, para que se dirigiesen sin pérdida de tiempo á pacificarlas con las tropas de ellas mismas, que servian en el ejército: y el Comandante General con el resto de él determinó encaminarse á Puno con la mira de libertar aquella villa de los conflictos en que se hallaban, y adquirir seguras noticias del estado de la ciudad de la Paz, los Charcas y demas provincias de la Sierra, cuya suerte ignoraba enteramente, por haber los rebeldes cerrado los pasos y tener interceptada toda comunicacion con ellas.
El único, el exclusivo pensamiento de Lerma cuando salió de casa de la Dorotea, fué encaminarse á palacio en busca de algo exacto, de algo que ver por sí mismo. El duque de Lerma no había visto nunca nada, por más que había procurado ver, y sin embargo, reincidía en poner á prueba su mala vista. Pero si el duque de Lerma se había embrollado, no aconteció lo mismo á su hija doña Catalina.
Para encaminarse de Loreto, último punto habitado de la provincia de Moxos, hácia Santa-Cruz de la Sierra, es necesario hacer primero, lo mismo que para ir á Cochabamba, un tránsito de tres dias hasta la confluencia de los rios Sara y Mamoré.
Mientras los señores hablan con sus amadas, los criados, con los caballos, esperan á cierta distancia de la casa....... Además de los medios indicados, de que se valen los enamorados para llegar hasta los objetos de su amor, hay también otros, porque las señoras se visitan con mucha frecuencia, y nada es más fácil para ellas que taparse con un velo, deslizarse por alguna puerta excusada, subir en una litera y encaminarse á donde se les antoja. Mucho les ayuda la particularidad de que todas ellas, por un pacto tácito, guardan inviolablemente los secretos, y cualquiera que sea el altercado ó la disputa que se promueva entre ellas, jamás abren sus labios para venderse unas á otras. Su discreción, en este punto, no merece incondicional alabanza; pero las consecuencias de su ligereza serían aquí más desastrosas que en ninguna otra parte, porque aquí también se mata sólo por sospecha. Las buenas españolas son muy astutas y saben hacer excelente uso de esta prenda, porque como todas las casas tienen puertas traseras, pueden salir á la calle cuando les parece; y como es frecuente que un hermano viva con su hermana, un hijo con su madre ó un sobrino con su tía, sirve esto de pretexto ú ocasión para verse. El amor es aquí naturalmente ingenioso, y apela á todos los recursos para satisfacerse, permaneciendo siempre fiel y constante. Hay intrigas de este género que duran toda la vida, aunque no se haya malgastado una sola hora en perder de vista su término; se aprovechan todos los instantes, y cuando los amantes se ven y quedan contentos, no hay que pedir otra cosa....... A veces sucede que una dama, envuelta en su velo para no ser conocida y con traje muy sencillo, se encamina á pie al lugar de la cita. La ve un caballero, la persigue, y se empeña en hablarla; pero incómoda con este acompañamiento, se dirige á cualquiera de los que pasan, y, sin darse á conocer, le dice: «Yo os ruego que os interpongáis para impedir que este majadero me siga.» Esta súplica es una orden para el galán español: habla con el que la molesta, le ruega que no la siga, le aconseja que la deje ir en paz, y, si no accede á su deseo, hay que sacar las espadas; de suerte que, por un encuentro de esta especie, se derrama sangre por una señora á quien no se conoce.
Si se desea estar en un clima, al mismo tiempo que muy frio, lleno de nieblas y cerrazones, ó cubierto de esas nubes húmedas que se ven constantemente detenidas por la cordillera, no hay mas que encaminarse á Pelucho.
El autor de la novela ya citada, de Alonso, mozo de muchos amos, traza un cuadro parecido de los sufrimientos de los actores, cuando, como los gitanos, han de encaminarse de un pueblo á otro cada quince días, lloviendo y nevando .
Pudiera yo decir en este lugar una palabra sobre las ventajas que le están reservadas á la provincia con la navegacion del rio Beni hasta el de las Amazonas, bajando en seguida hasta el mar para encaminarse á Europa; mas, como tengo que tocar este punto al ocuparme de la provincia de Moxos, que se halla igualmente cruzada por el rio Beni, dejaré para entónces la esposicion y el exámen de cuestion tan importante.
Subimos juntos, el uno al lado del otro, siempre juntas nuestras manos. Al llegar a la antesala del primer piso tuvo como una llamarada de presencia de espíritu. Entre usted aquí me dijo, voy a avisar a mi padre. La vi que llamaba a su padre y encaminarse al cuarto de Julia. Las primeras palabras del señor D'Orsel fueron éstas: Mi querido hijo, tengo mucha pena.
¿Y por qué el señor duque de Uceda no ha venido á mí, secretario universal del despacho? dijo ya con alguna irritación Lerma. Vuestro hijo sabe que yo no hago nada sin consultarlo con vos, y encaminarse á mí, es punto menos que si á vos se hubiera encaminado. ¿Pero de qué se queja el duque de Uceda? De que se le haya separado del cuarto del príncipe don Felipe.
Palabra del Dia
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