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Alguna vez, cuando su espíritu estaba sosegado, por las buenas esperanzas que daba el médico, solía encerrarse en la citada pieza para probarse la bata, el vestido, el sombrero... Sin poder resistir la tentación, dispuso con Emilia varios arreglos, alargando unas cosas, reformando completamente otras.

El hecho es que no tenía yo la edad todavía de querer ni de ser querido, cuando entre otras varias obras francesas que en mis manos cayeron, hacía ya un papel muy principal la de la famosa cortesana citada. Chocome aquella máxima, y fuese pueril vanidad, fuese temor de que por apocado me tuviesen, adoptela por regla general de mis aficiones.

Sólo Elías Orejón, que gozaba sin sueldo de las preeminencias de intendente, lo sabía. Don Baltasar fundaba su esperanza en Salomé, cuyo peinado de canastillo había seguramente gustado mucho al joven Duque de X..., que buscaba esposa en la tertulia de la citada Duquesa de Chinchón. Salomé era entonces una Sílfide.

Ha de tenerse también presente, por último, que hubo un poeta cómico llamado Pedro de Roxas; una comedia, titulada Saber de una vez, atribuída en los catálogos á Francisco, lleva la firma de Pedro en un manuscrito de la Biblioteca citada. V. la colección escogida de sus comedias, en la Biblioteca de Autores españoles, y el prólogo que le precede de Mesonero Romanos.

La doncella sentía por él invencible repugnancia; pero incapaz de afrontar el ánimo recio de su padre, se resignó a ser ofrecida como tributo de aquella ejemplar amistad, que era ya citada por todos en Segovia.

Sigue luego manifestando su extrañeza de que se haya creido tan difícil la explicacion del tiempo, y despues de haber prescrito la regla citada sobre la distincion de las ideas mas simples, y de las palabras con que se expresan, concluye: «por estos dos medios hallamos de un golpe la idea ó la nocion de la duracion y del tiempo.

A esta raza pertenecían los hombres de la citada camarilla, en la cual se daba siempre a don Simón la butaca de preferencia, no tanto por la importancia mercantil de éste, cuanto porque nadie leía mejor que él, con voz más recia y sonora, ni con mejor sentido, los artículos de fondo del periódico, todas las noches, a los congregados. Pero vamos al caso.

Tiene un grande número de elegantes tiendas, de franceses en su mayor parte, vestidas con el lujo de los comercios de las ciudades europeas: el empedrado es de lo mas detestable que puede imaginarse, y como las lluvias son muy frecuentes, apénas puede transitarse por la citada calle.

Lorenzo Hurtado, uno de los fundadores de la cofradía de Nuestra Señora de la Novena, tantas veces citada en el tomo anterior, que sobrevivió, al parecer, largo tiempo á todos los demás fundadores de esta hermandad, y que fué muy notable en las representaciones del teatro del Buen Retiro.

El autor murió dejando escritos, en unos ocho tomos de la citada edición de Tauchnitz, ocho años sobre poco más o menos de dicha historia. Para escribirla toda hasta hoy hubiera sido menester en el autor la facilidad del Tostado y la vida de Matusalen, a fin de escribir doscientos tomos. Y hasta para leer toda la historia uno que no leyese muy de priesa tendría que consumir lo mejor de su vida.