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Abajo mugía la máquina de vapor, dando bufidos espantosos que se transmitían por las múltiples tuberías; rodaban poleas y tornos con un estrépito de mil diablos; y por si no bastase tanto ruido, las hilanderas, según costumbre tradicional, cantaban á coro con voz gangosa el Padre nuestro, el Ave María y el Gloria Patri, con la misma tonadilla del llamado Rosario de la Aurora, procesión que desfila por los senderos de la huerta los domingos al amanecer.

Concierta, pues, con su dama Porcia que finja ser la Duquesa. Tres pretendientes, en virtud de esta treta, renuncian á sus pretensiones descubriendo su propósito; pero el cuarto, llamado Fadrique, adivina el plan, se consagra á enamorar á la supuesta Duquesa, y lo consigue plenamente.

D. Luis Fernández de Córdova, militar brillantísimo, pasaba, cuando vino de Berlín para encargarse de la embajada de Portugal, largas horas en casa de Genara. También iban, aunque no con mucha frecuencia, D. Francisco Javier de Burgos y Martínez de la Rosa. Era de los asiduos un joven oficial granadino llamado Narváez, muy vivo de genio, ceceoso, pendenciero y expeditivo.

Después de la llegada de los marqueses de Torrebianca sus predilecciones literarias, indeterminadas hasta entonces, se concretaron en pro de las fábulas que se desarrollan en un ambiente aristocrático, teniendo por héroes á personajes del llamado gran mundo.

Patina Santa, como únicos símbolos del nuevo y elevado destino a que la suerte les había llamado, colgaba de sus orejas pendientes de perlas y aprisionaba sus pies con zapatos descotados de sarga, los cuales eran bienes adheridos a la casa y servían para todas las que iban llegando.

El valle donde está situado el insigne monasterio de S. Gerónimo, con harta justicia lleva el nombre de Valparaiso, pues nada menos que un Eden representa á los ojos su frescura; cerca de este hay otro llamado Vallehermoso, y tiene tan merecido su nombre, que quien penetra en él sin saberlo se lo de nuevo.

La gran mayoría de los transeúntes no amaban ni eran amados. ¡Y podían subsistir así!... El apenas si se acordaba de los tiempos recientes en que vivía como en el limbo, sin otras pasiones que leer, soltar paradojas y morder a los de arriba, no enterándose de que existían mujeres en el mundo y un sentimiento llamado amor.

-Y, dígame vuestra merced, señor don Álvaro, ¿parezco yo en algo a ese tal don Quijote que vuestra merced dice? -No, por cierto -respondió el huésped-: en ninguna manera. -Y ese don Quijote -dijo el nuestro-, ¿traía consigo a un escudero llamado Sancho Panza? - traía -respondió don Álvaro-; y, aunque tenía fama de muy gracioso, nunca le decir gracia que la tuviese.

El documento decía así: "Cargos formulados el día de la Asunción, en el año de gracia de mil trescientos sesenta y seis, contra el hermano Tristán, antes llamado Tristán de Horla y al presente novicio de la santa orden monástica del Císter.

Vivía entre el beau monde, formaba parte integrante de la high life; el pueblo la atacaba los nervios; huía de la multitud por miedo al mal olor, y si en otros tiempos la hubiesen llamado ciudadana, habríase muerto del susto.