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Actualizado: 31 de mayo de 2025


DON URBANO. El acto resultará brillantísimo. MARQU

De las frecuentes expediciones a la Tejuca, ya volvíamos a altas horas de la noche, formando alegre cabalgata, ya volvíamos al rayar el alba. No se crea con todo, que las expediciones a la Tejuca eran el mayor encanto que Río tenía para nosotros. Había otro encanto mucho mayor, la casa de la Sra. de Figueredo, centro brillantísimo de la high life fluminense.

Al pronto no vio nada, sino una gran oscuridad cortada en el fondo por un foco de luz brillantísimo, en cuyo centro estaba expuesto en la custodia el Santísimo Sacramento. Distinguíase al pie del altar una gran masa negra, y salía de ella a intervalos un suave clamor, lento y pausado, que parecía contestar a otra voz más enérgica y acentuada: Ora pro nobis!...

Rosalía sentía hacia ella respetuoso afecto y la oía siempre con sumisión, conceptuándola como gran autoridad en materias sociales y en toda suerte de elegancias. A los ojos de la señora de Thiers, el brillantísimo pasado de Cándida había dejado, al borrarse del tiempo, resplandores de prestigio y nobleza en torno al busto romano y al tieso empaque de la ilustre viuda.

Me hace acordar el señor Cané a la figura tan simpática y tan análoga de aquel brillantísimo espíritu francés que se llamó Prevost-Paradol; también fue un escritor que pudo haber fácilmente traspuesto las más altas cumbres: dotes, preparación, ambición, todo poseía. El éxito le sonrió siempre... Pero abandonó las letras por la política, y cambió la lucha activa por el reposo diplomático.

Pepe le hizo un guiño malicioso como diciendo: "Has triunfado en toda la línea". El joven concejal sintió que se acercaba a pasos de gigante el logro de sus esperanzas y el apogeo de su dicha. El cotillón fué digno remate de aquel baile brillantísimo.

Yo, que soy enemigo de los ejércitos permanentes y que con profundo dolor reconozco hoy como una fatal necesidad, hasta que los gobiernos, cumpliendo con sus deberes, eduquen é instruyan al pueblo, no puedo ménos de admirar el estado del ejército español, que es brillantísimo.

Aquí tengo la lista exclamó prontamente Rufete haciendo ademán de sacar un papel. No, no saque usted la lista. Tampoco eso nos importa gran cosa ahora.... Nuestra sociedad cuenta ya con un brillantísimo contingente de personajes civiles. Espere usted insistió Rufete revolviendo sus papeles , aquí está. No.... ¡Con cien mil palitroques! tampoco nos hace falta ahora la lista de isabelinos.

D. Luis Fernández de Córdova, militar brillantísimo, pasaba, cuando vino de Berlín para encargarse de la embajada de Portugal, largas horas en casa de Genara. También iban, aunque no con mucha frecuencia, D. Francisco Javier de Burgos y Martínez de la Rosa. Era de los asiduos un joven oficial granadino llamado Narváez, muy vivo de genio, ceceoso, pendenciero y expeditivo.

La inmensa sala, ensanchada aun por los colosales espejos que multiplicaban al infinito las luces de las arañas, estaba toda alfombrada: alfombra tenían los salones de Europa, y aunque el piso era brillantísimo y de anchas tablas, alfombra debía tener tambien el suyo pues ¡no faltaba más! La rica sillería de Cpn.

Palabra del Dia

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