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Como observasen que sus ojos se humedecían, y que, mirando al suelo, y apoyado con ambas manos en el bastón, cargaba sobre éste todo el peso del cuerpo, meciéndose, le instaron para que se desahogara; pero él no debió creerlas dignas de ser confidentes de su inmensa, desgarradora pena. Tomando el dinero, dijo con voz cavernosa: «Si no lo tuvieras, Casiana, lo mismo sería.

Cuando pienso en un astro colocado á millones de leguas de distancia, mi espíritu no va ciertamente al punto donde el astro se halla; pero por medio de la idea salva en un instante la inmensa distancia y se une con el astro mismo.

Y luego, la inmensa sed de ternura, de borrar beso tras beso las lágrimas de la mujer adorada, cuya primera sonrisa tras la herida que le hemos causado, es la más bella luz que pueda inundar un corazón de hombre. ¡Y concluído! No me era posible ante mismo volver a tomar lo que acababa de ultrajar de ese modo: ya no era digno de ella, ni la merecía más.

He conocido dos presidentes, el coronel Frey-Herosée, y el doctor Furrer, ámbos probos, rectos, ilustradísimos, modestos. En Suiza tienen tambien la inmensa dicha de no conocer los ejércitos permanentes, carga pesadísima que en los demas pueblos de Europa aumenta los presupuestos, hace imposible la economía y dificulta el reinado de la libertad.

Los cantones protestantes han suministrado un número insignificante á los déspotas, en calidad de mercenarios; la inmensa mayoría ó casi la totalidad de estos ha salido siempre de los cantones católicos. ¿Es que el protestantismo es favorable á la libertad y mantiene y estimula el sentimiento de la dignidad personal?

A cada paso, la marcha se hacía más difícil; pero en los momentos en que el vapor de agua, los torbellinos de espuma y los cambiantes prismáticos, sucediéndose con una rapidez eléctrica, no nos enceguecían, el cuadro que teníamos por delante, el reventar de la mole inmensa contra la roca, el torbellino níveo que se levantaba, el fragor de ese trueno constante, eran compensaciones más que suficientes a las angustias de la marcha.

Estábamos al lado de la caída, en su seno mismo, envueltos en los leves vapores que subían del abismo, frente a frente al río tumultuoso que rugía. La apertura de la cascada, formando la cuerda que uniría los dos extremos de la inmensa herradura o semicírculo de que antes hablé, tienen una extensión de 20 metros.

Bastábales volver un poco la cabeza, y su vista caía sobre la inmensa vega, silenciosa y esplendente, con sus tonos verdes de infinitos matices, que deslumhraban, abrillantados por el sol de la primavera.

Los cisnes graznan asustados, ocultando la cabeza bajo las alas como si pasase un peligro: los peces despiertan en el tazón de la fuente, ocultándose temblorosos: las flores caen deshojadas, las piedras crujen como si las pisasen unas plantas de inmensa pesadumbre... y sin embargo no se ve á nadie. Ya suenan pasos en la escalinata: la puerta se abre, á pesar de que no sopla el viento.

Encuéntranse en los parages ménos hondos las garzas azules y blancas, los jabirus, etc., y en todos los otros puntos bandadas de patos tan numerosas, que forman una inmensa nube cuando levantan el vuelo.