United States or Chile ? Vote for the TOP Country of the Week !


Jerónimo de la Fuente, médico, de quien existen muchas obras de medicina, se consagró también, al mismo tiempo que cumplía sus deberes profesionales, á cultivar con celo la poesía . Insértanse comedias suyas en las grandes colecciones dramáticas españolas, como sucede, por ejemplo, con la titulada Engañar con la verdad, que se halla en el tercer volumen de Las comedias nuevas escogidas: Madrid, 1653.

Stevenson y aun García Camba convienen en que Rodil fué cruel hasta la barbarie, y que no necesitó mantener una resistencia tan desesperada para dejar su reputación bien puesta y a salvo el honor de las armas españolas.

Quiso Feijoo probar también aquel plato, porque le gustaban algunas comidas españolas. Fortunata tenía una despensa admirablemente provista, y en ropa y trapos gastaba muy poco.

Reyles pone por las nubes o que ni él ni yo las hemos leído, o que no hemos leído sino las novelas españolas de los siglos XVI y XVII y que nos empeñamos en imitarlas y hasta que reflexivamente las imitamos. El resultado será, si en el Sr.

Llegaron por fin á una nación no conocida, cuyos indios parecían de buenos naturales, y eran de hermosos rostros y de buena estatura; las indias tan blancas, que parecían españolas; tenían crías de yeguas y muchas ovejas, de cuya lana hacen muy buenos tejidos; los caballos eran sin número. La tierra fertilísima, en que tienen labranzas de los frutos del país.

Parécense también á estas poesías, aunque se funden en tradiciones puramente españolas, las que tratan de las fabulosas hazañas de Bernardo del Carpio, de la vida de Fernán González, tan rica en portentosas aventuras; de la infame traición, de que fueron víctimas los infantes de Lara, y de la venganza de Mudarra.

La comandanta entró trayendo un cuadrote que representaba a Pío IX echando la bendición a las tropas españolas en Gaeta. Para hacer juego, propuso Juan Antonio poner al otro lado la Numancia. Guillermina vaciló en dar su asentimiento; pero al fin... una risita y un guiño resolvieron la duda. «Poner el barquito, ponerlo, que todo lo de la mar es de Dios».

Diganlo si aquellos economistas que se oponian á las restricciones de la libertad de comercio cuando eran únicamente por el tiempo en que duraban las guerras; i eso no con todas las naciones, sino con sola aquella en cuya ofensa se ejercitaban las armas españolas. Díganlo tambien los tratados de paces en que se concertaba que fuese libre el comercio entre los vasallos de uno i otro reino.

Cualquiera comprende lo acertado de este plan para cualquiera comedia, debiendo nosotros añadir, que, en su ejecución, se halla una prueba brillante de la originalidad y del talento cómico del poeta. Crítica de este período. Nuevas tentativas para reformar el drama al estilo antiguo. Colecciones de comedias españolas.

Léanse, entre otras, las siguientes obras de Beaumont y Fletcher, cuyo argumento está sacado de otras españolas: The Little french lawyer, de El Guzmán de Alfarache, pág. 2, cap. 4.º; The Spanish curate y The Maid of the Mill, de El Gerardo, de Gonzalo de Céspedes; The Chances, de La señora Cornelia, de Cervantes, y Love's pilgrimaje, de sus Dos doncellas.