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Y se propuso firmemente no volver a dirigirle la palabra. Pero a los cinco minutos sacó de nuevo el reloj y, sin acordarse de su propósito, preguntó: Adolfo, ¿sabes si D. Laureano está enfermo? Adolfo hizo un leve movimiento de indiferencia con los hombros sin pronunciar palabra. Es que como ya son cerca de las diez menos cuarto...
6 Y vosotros seréis mi reino de sacerdotes, y gente santa. 7 Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y propuso en presencia de ellos todas estas palabras que el SE
»Mas, ¿para qué sirven los otros animales? Somos un mundo completo, armónico, y que es suficiente. El círculo de la Creación podría cerrarse con nosotros. Escogiónos Dios para coronar su isla; sobre su antiguo volcán de fuego ha creado un volcán de vida, mejor todavía, el descogimiento de ese paraíso viviente. Ha obtenido lo que se propuso y ahora descansa.» Todavía no, todavía no.
El Gobernador envió relacion de todo á la corte de España, y propuso establecer una colonia en esta isla; pero estando entonces los franceses tratando sobre la compra de las islas Malvinas, se frustró el prudente designio del Gobernador, quien tuvo órden de retirarse á España.
Así que cuando Andrés le propuso llevar un recado a su hermana, dijo resueltamente que no se encargaba de nada y trató de apartarse.
Mira propuso a Jacinta, cogiéndole un brazo ; en cuanto vayas hoy a tu casa, has de ver si tiene tu marido algunos pantalones que no le sirvan... Puede que no tenga porque ¡ya hemos hecho tantos escrutinios en su guardarropa!». No sé, no sé dijo la señora de Santa Cruz, procurando recordar... me parece. Si no manifestó prontamente la de Rubín , yo traeré unos del mío...
Acudió Sancho a su asno para sacar de las alforjas con qué limpiarse y con qué curar a su amo; y, como no las halló, estuvo a punto de perder el juicio. Maldíjose de nuevo, y propuso en su corazón de dejar a su amo y volverse a su tierra, aunque perdiese el salario de lo servido y las esperanzas del gobierno de la prometida ínsula.
Lo cierto es que don Gabriel en poco tiempo asumió el mando de la casa: él descubrió y propuso para administrador a aquel bendito exclaustrado fray Venancio, medio chocho desde la exclaustración, medio idiota de nacimiento ya, a cuya sombra pudo manejar a su gusto la hacienda del sobrino, desempeñando la tutela.
La montaña estaba delante, y el camino comenzaba a ser harto pendiente y agrio para un paseo higiénico. D. Fermín propuso descansar en un bosquecillo de robles que señoreaba el camino: subieron a él y se sentaron. «Ya estoy cogido; preparémonos,» pensó Andrés.
Pero ahora, aleccionado, se propuso dominarse, cerciorarse de si aquella maligna insinuación tenía algún fundamento, y si por desgracia esto sucediese, tomar una venganza cumplida, y que fuese sonada. Gran trabajo le costó disimular la emoción que le embargaba. No estaba avezado a ocultar sus sentimientos. Mas el vivo deseo de salir de dudas, le ayudó poderosamente.
Palabra del Dia
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