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Por visto, señores, por visto dijo resueltamente Bermúdez . ¡Canástoles! para prueba sobra con esto, que no es poco, sin necesidad de que tentemos a Dios. Nieves y Leto, y hasta Cornias que atendía a la escena medio sentado arriba sobre el tejadillo del tambucho, se echaron a reír.

El chico se negó resueltamente á obedecerla, con lo cual quedaron las cosas en tal estado, salvo que Velázquez proveía ahora á sus necesidades y no pocas veces también á sus vicios. Cayó al fin sobre éste un cuidado más grave que los anteriores y mucho más riguroso.

Al fin, Teresa lo rompió, preguntándome resueltamente: ¿No me dijo V. por carta que me quería? ¡Pues ya lo creo que la quiero á V.! ¿Entonces, por qué ha dejado de venir á verme y de pasar por la calle de día? Porque temía que su mamá... Ha sido un susto bien agradable. Momento de pausa, en el cual me acudió á la mente un tropel de pensamientos que todavía me avergüenzan.

Justamente.....; la grandiosa Casa de los Padres..... Muchísimas gracias..... replicó el más liberal de nosotros cuatro, levantando la sesión con un saludo. Y todos nos dirigimos allá resueltamente.

Era hombre a quien el talento y los libros inspiraban un respeto idolátrico. La familia de Tristán apetecía unión tan ventajosa por todos conceptos. Todo marchó viento en popa, aunque durante más tiempo de lo que los novios hubieran deseado. Reynoso se opuso resueltamente a que su hermana se casase antes de tener diez y ocho años. Iba a cumplirlos y su dicha a colmarse.

Entró resueltamente en el pequeño jardín, y le pareció distinguir sobre unas matas el rostro azorado del jardinero asomando un momento para volver á ocultarse con precipitación... ¡Algo rara la curiosidad de este hombre y su gesto despavorido! Pero huía, y el príncipe alabó su prudencia. Fué subiendo, con palpitaciones de emoción, los cuatro escalones de la puerta.

Currita parecía titubear, porque había mirado a Jacobo como si le consultase, y este fruncía las cejas; la pícara era ducha y no era del todo fácil hacerle tragar el anzuelo. El diplomático reforzó sus argumentos, y el general Pastor, con militar franqueza, dijo resueltamente: Condesa, más puede usted hacer en ese baile con su abanico que yo en el Norte con mi espada.

Pero al fin se acercó resueltamente al grupo donde había creído verla. No era ella, sino Raquel, y la acompañaban Fernando y una amiga a quien él conocía poco. Después de vacilar un segundo, confuso, frente a ellos, saludó y siguió andando. En ese momento vio a Castilla venir en dirección contraria a la suya. Para rehuirle volvió la cara. Pero no le vio Castilla.

La lluvia y la obscuridad se habían vuelto más intensas; se regocijó de esto, bien que fuera incómodo caminar con las dos manos tan llenas, porque era a lo sumo si podía llevar el látigo con uno de los sacos. Pero así que hubiera dado dos pasos podría proceder con toda calma. Se adelantó, pues, resueltamente, en la obscuridad.

Mira, añadió resueltamente mi mujer; déjame en la fonda; no quiero dar un franco por ver ese edificio; por una peseta está cavando un español todo el dia en el campo....» Sin embargo estos sermones de mi compañera, yo me dirigí al estanco, con el fin de comprar el documento que el conserje me reclamaba. Mi mujer lo notó, y se detuvo á despecho mio. No te empeñes, porque no voy.