United States or New Zealand ? Vote for the TOP Country of the Week !


Que vengan contestó don Juan, en quien reapareció la mortificante sonrisa . Les daré una peseta de aguinaldos; lo único que se puede permitir un tío pobre. ¡Calla, avaro...! Me avergüenzas. Eres capaz de morirte de hambre por no gastar un céntimo.... ¿Por qué no vienes a comer con nosotros mañana?

Los empleamos en el exterior, aunque con menos sueldo. ¿Y se necesita estar mucho tiempo en la mina para ponerse así? preguntó Ramoncito. Poco, poco murmuró el director; y añadió después: Ahí donde ustedes les ven, todavía se me escapan al menor descuido a la mina.... ¡El jornal de fuera es tan pequeño! ¿Cuánto ganan? Una peseta.... El máximum una cincuenta.

Los Reyes... no debieron salir de aquí... no servían para el mundo; bien se vio.... Yo, el último, ¿qué soy? Un miserable, un ignorante, que no ha ganado en su vida una peseta, que sólo sabe gastar las ajenas. Un soñador... que creyó algún día llegar a ser algo de provecho a fuerza de sentir con fuerza cosas raras y de las que ni siquiera se pueden explicar. ¡A esto vino a parar la raza!».

Unas veces era un puñado de cobre, otras una peseta, que fregoteaba con su pañuelo antes de entregarla. Que no sepa nada el señor de Maltrana decía con voz misteriosa . Que el secreto quede entre usted y yo. Hay que ayudarse como buenos cristianos. Ese dinero me lo dieron esta mañana las buenas señoras que me protegen.

Todos sin dinero, debiendo en la imprenta varias tiradas, lampando tras la peseta, lo mismo que Cervantes, «que no cenó al terminar el Quijote», alegres como unas castañuelas y haciendo reír a los cajistas con sus chistes.

Tipos y paisajes; un tomo, 3 pesetas. Tipos trashumantes; 2 pesetas. Esbozos y rasguños; 4 y 4,50 pesetas. El sabor de la tierruca; tela, 3 y 4 pesetas. Pedro Sánchez, segunda edición, 4,50 y 5 pesetas. En publicación: Obras completas, esmeradamente corregidas, a 4 y 4,50 pesetas tomo. Encuadernadas bonitamente, en tela, una peseta más. Se hallan de venta las siguientes: Los hombres de pro.

Yo se lo compraré, yo, yo. ¿Verdad, hijo?... Ven acá, ven acá, que la tía se marcha. Oye ..., dame una peseta. ¿Para qué? Vaya que estás lela... Para el pandero». Diole Isidora la peseta, y la Sanguijuelera se fue gruñendo.

Quien se vio en aquellos locales, con aquellas anaquelerías y aquel mostrador donde había un cajón de dinero que sonaba a cosa rica..., verse ahora en este nido de urracas, con cuatro trastos, poca parroquia, y en un barrio donde se repican las campanas cuando se ve una peseta..., ¡qué puñ...!». Francisca murió; Rufete fue encerrado en Leganés.

Yo he sacao ya un rial: mira. Pero hay en aquella tienda un mardito pañero que es muy caritativo. Ayer le ije que tenía una hija enferma en cama, y me dió una peseta. Si quiés que le saquemos más, ven conmigo esta noche, chica, y verás. Entramos: te haces que te vas cayendo, y te pones un pañuelo atao á la cara, y empiezas ó dar unos chillíos que partan el corazón. Oye, así: ¡ay! ¡ay! ¡ay!

Tengo, tengo ... dos y dos son cuatro..., cuatro ... cuatro de á decinueve, primeramente. Bueno: pon una peseta con ellos. Ya está. Pus tendrás ahora cuatro duros. Cabales.... Ahora hay, por otro lao, dos pesetas en cuartos y dos tarines. Que son diez riales; y ochenta que tenías antes, noventa. Noventa.