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Actualizado: 17 de septiembre de 2024
Vamos á ver á qué llamarías tú espejo: á la superficie per se, in quantum est superficies ó al cuerpo que forma esta superficie ó sea la materia sobre que descansa esta superficie, la materia prima, modificada por el accidente superficie, porque, claro está, siendo la superficie accidente á los cuerpos no puede existir sin substancia. Vamos á ver ¿qué dices?
Descansa sobre sus rodillas una gran cartera de piel de zapa con relieves, y la contempla entristecido. El señor subprefecto contempla entristecido su cartera de zapa estampada en hueco; piensa en el famoso discurso que en breve ha de pronunciar delante del vecindario de La-Combe-aux-Fées. Señores y queridos administrados.
Descansa dijo Febrer . Un día de estos iré a la ciudad. Cuenta con el regalo. Y Jaime emprendió una mañana el camino de Ibiza, ansioso de nueva existencia, de renovar y variar sus impresiones fuera de la rusticidad campestre. Ibiza le pareció una gran ciudad, a él que había corrido toda Europa.
Estos tres procedimientos corresponden á tres métodos terapéuticos. A los dos primeros puede bastarles dósis mas ó menos fuertes. Se reservan las mas débiles para el tercero, que es el mas pronto y menos sujeto á percances. La supremacía pertenece siempre á la ley de los semejantes, que descansa sobre el tercer procedimiento.
Buscó tu nostalgia el retiro ancestral, y en belleza rendiste, por fin, a la Parca tu insigne cabeza, de cara a tu cielo, debajo de airoso palmar. "La muerte es descanso". Cerebro en que tuvo su hornaza, la idea que urdió la epopeya inmortal de la raza, descansa. La Patria vigila tu sueño de paz. La patria, orgullosa, entre epónimos héroes te nombra.
Se oscureció la luz pura y radiante, Se apagó la suavísima armonía, Se evaporó el perfume penetrante... Todo se encierra tíbio y palpitante Bajo esa tumba fria. Descansa de tu fatiga En esa tierra enemiga, Trovador; Descansa, cual virgen pura En sus sueños de ventura Y de amor.
Nos libra de una tutela enojosa, molestísima.» Esto es un decir, Urbano, un suponer... DON URBANO. ¿Te sientes mal? ¿Necesitas algo? CUESTA. No... Este maldito corazón no se lleva bien con la voluntad. DON URBANO. Descansa, hombre. Por qué no te echas un rato?... CUESTA. ¿Pero tú sabes lo que tengo que hacer? DON URBANO. Escríbelas aquí. CUESTA. Sí... Aquí me instalo.
»Mas, ¿para qué sirven los otros animales? Somos un mundo completo, armónico, y que es suficiente. El círculo de la Creación podría cerrarse con nosotros. Escogiónos Dios para coronar su isla; sobre su antiguo volcán de fuego ha creado un volcán de vida, mejor todavía, el descogimiento de ese paraíso viviente. Ha obtenido lo que se propuso y ahora descansa.» Todavía no, todavía no.
Llegaron á las diez: ni un carruaje, ni un hombre en la estación que quisiera cargar con sus paquetes. Todos están en la guerra. Llevan tres horas buscando su camino. Tenemos en París unos sobrinos continúa la anciana. Pero se interrumpe al ver que Filemón se ha desmayado, precisamente ahora que descansa. Los curiosos del bulevar, que esperan siempre un suceso, se aglomeran en torno del banco.
Detrás de la mesa un sillón forrado de la misma tela que la silla que antes hemos visto, y detrás del sillón, y colgada de la pared, la cabeza disecada de un ciervo, sobre cuya profusa cornamenta descansa una linda escopeta de dos cañones, y debajo de la cabeza, y también colgados, un par de floretes, otro de caretas y un guante de esgrima.
Palabra del Dia
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