United States or North Korea ? Vote for the TOP Country of the Week !


He venido porque he querido, y por el deseo de verte y de saber por mismo que me has olvidado. Por Dios me contestó disimulando su emoción . Repara dónde estás. La condesa no cesa de observarme. Aquí es preciso fingir a todas horas, y disimular los pensamientos. ¿Por qué no has venido antes? Pero di: ¿mi prima no te ha dado ningún recado?

El duque se levantó maquinalmente y salió de la alcoba. Maquinalmente se encaminó á una mesa donde había recado de escribir y escribió. Luego cerró la carta y la entregó al bufón.

Cuantos componían la cuadrilla estaban presentes, menos Santorcaz, el cual desde nuestra llegada había pedido con mucha prisa a D. Paco recado de escribir y puéstose a trazar unas cartas en el despacho de éste.

¡Sorpresa la nuestra, querida...! Llegamos a la estación, nos apeamos del tren y ni un alma que nos los buenos días. Pues señor, ¿qué hacemos...? La carta sin duda no ha llegado a sus manos, nos dijimos. ¡Ni un coche siquiera por allí! Era necesario pasaros un recado y esperar más de una hora.

Todo fue ilusión; la puerta siguió cerrada. «Vaya, murmuró con ira, abrochándose el gabán, ese granuja no ha dado el recado;» y luego, con tristeza: «Adiós, Rosita, ya no volveré a verte.» Y muy a su pesar, después de aguardar todavía un rato, comenzó a alejarse lentamente de aquellos sitios, caviloso y con el corazón apretado. Al dar otra vez sobre el pueblo, fue cuando salió de su meditación.

El garçon del hotel de los Extranjeros me pidió un franco diario por el arreglo de la habitacion, al cabo de dos meses de nuestra estada allí. Ni la señora me habló de ello jamás, ni el garçon me dijo una palabra, sin embargo de que á él pagaba la habitacion cada quince dias, y de que no me daba una carta, ni me traia recado alguno sin que le gratificase en el acto.

Lo presumía respondió Fuertes , y por eso no me ha chocado oírle a usted decir que anduvo buscándome por toda la villa... Porque yo estaba dentro cuando ustedes llegaron, y sabía lo que había de suceder, si llegaban, desde un rato antes por haber oído el recado que dio don Alejandro a Catana... Situaciones que el demonio prepara y no puede uno remediar. Al caso.

Además, no creo que hubiese visto con gusto el cambio, y lo atribuí a un temor nervioso de la aglomeración de gente, pues cuando tenía que cruzar la ciudad para algún recado, daba un gran rodeo por los barrios extremos.

Si te envío recado, llevarás el maletín donde te mande, y hasta que recibas noticias mías, mucho cuidado con la casa, y cuando te escriba harás lo que te indique al pie de la letra. ¿Te has enterado? De todo, señor. Ya lo sabes. No te muevas de aquí hasta que recibas orden por escrito; puede que vuelva..., no lo , y puede que te mande cerrar la casa y venir donde yo esté. Comprendido, señor.

Es un error... Lautrec no estaba en casa... No hice más que dejarle un recado... Un recado... ¿de quién? Luciana vaciló. Tenía que pedirle una cosa... ¿Y estaba usted obligada a ir sola a pedírsela? Hice mal... muy mal... Pero juro a usted por mi salvación eterna que Lautrec no estaba en casa y que no lo vi. Sin embargo, usted entró... ¿para esperarlo?