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En tan apurada como crítica situación y antes de que llegara la ansiada Comisión civil americana, se le ocurre al General Otis, gobernador militar de las fuerzas americanas, llevar á efecto dos actos á cual más impolíticos. ¿Cómo y porqué conspiraba el Sr.

Anonadado, y sin valor para pedir a su hermana dinero, Mariano se retiró a un banco de palo que en el estrecho recinto había, y allí permaneció larguísimo rato solo, callado, hecho un ovillo, meditando sobre una sola idea, ya mil veces apurada, como un perro que roe y voltea un solo hueso después de haberle quitado hasta la última hilacha de carne.

Estaba la Superiora hablando con Sor Antonia en la puerta de una celda, cuando llegó muy apurada una reclusa, diciendo: «Le he mandado que venga y no quiere venir. Me ha querido pegar. ¡Si no echo a correr...! Después cogió un montón de aquella basura y me lo tiró. Mire usted...». La recogida enseñó a las madres su hombro manchado de mantillo.

¡Oh! ¡maldito sea Greenwood! estalló el sujeto. Dicen que siempre está en Londres contigo; pídele a él, entonces, que te haga dar por los abogados un poco de dinero. Puedes manifestarle que estás apurada, pues tienes que pagar unas cuentas, o alguna otra cosa por el estilo. Cualquier mentira será buena para él. Imposible, Herberto contestó, tratando de mantenerse serena.

Sus ojos fosforecían como luciérnagas, y la extremada blancura de su tez vencía la obscuridad, semejante al lirio en la noche. Galanes y doncellas hablaban en lenguaje artificioso. Cada pareja escurría un concepto con apurada exquisitez; el sol, la luna, las estrellas servían para expresar, de modos innumerables, las excusas, las querellas, los rendimientos.

El 23 salí para ir al Saco de San Antonio, pero en la noche sobrevino un temporal furioso. Tuvimos la felicidad de apartarnos de la costa, y quedamos tres dias en la situacion la mas apurada. En fin, el dia 26 pudimos entrar en la boca del Rio Negro, donde encontramos los restos de la embarcacion de D. Antonio Leloir, que pereciò el primer dia del uracan, con cinco hombres de tripulacion.

Bueno, bueno; yo me entiendo. Doña Paula se puso en pie y arrojó la punta del pitillo apurada y sucia. Prosiguió: No quiero más cartitas; no quiero conferencias en la catedral; que vaya al sermón la señora Regenta si quiere buenos consejos; allí hablas para todos los cristianos; que vaya a oírte al sermón y que me deje en paz. ¿Con que Glocester?... , y don Custodio.

Y buenos sudores le costaba, porque había ratos en que su apurada situación económica, sus remordimientos y sus miedos sobre todo, le ponían al borde de lo que él creía ser la locura. No importaba; la mayor parte del tiempo estaba satisfecho de mismo.

Apurada por volver a París, a sus visitas y a sus correrías por las tiendas, se quejaba de la humedad de la atmósfera, de la tristeza del paisaje, de la soledad, pues las villas se cerraban una a una y la única distracción mundana consistía, durante el mes de octubre, en concurrir a la estación del ferrocarril, a despedir a los que se marchaban.

Ni su conciencia, ni la del cura que le confesó, que en vida le había ayudado a veces a evitar escándalos, ni ciertas amenazas de bochornosas confesiones por parte de algunas pecadoras, le consintieron, a la hora un tanto apurada de hacer testamento, dejar en completo olvido ciertas obligaciones de la sangre; y como se pudo, guardando los disimulos formales que fueron del caso, se dejaron mandas aquí y allá, que disminuyeron en todo lo que la ley consentía la herencia de Emma.