United States or Anguilla ? Vote for the TOP Country of the Week !


Dende á poco fueron Zayas y Joan de Funes y hicieron á un soldado, llamado Villacis, que arbolase una bandera en una pica.

Pero él cuando fue a Guatemala, ya estaba comprometido en México con Carmen Zayas Bazán, a quien hizo luego su esposa y es hoy su viuda respetada: por eso no amó Martí aquella criatura tan tierna y talentosa. Martí salió a México de nuevo a contraer matrimonio, y volvió casado a Guatemala.

Charles de Vera. Mos de Indón. Mos de Lampujada. Álvaro de Lara. Julio Malvesín. Gaspar Peralta. Juan Antonio Spínola. Jerónimo de Montesoro. Constantino Sacano. Giuseppe Tremarchi. Juan Andrea Fantone. Pedro de Vida. Pedro de Juan. Lucas Calabres. Pedro de Almaguer. Juan de Zayas. Perucho Morán. Juan de Zayas. Juan de Castilla. Luis de Aguilar. Diego de Santa Cruz. Pedro de Vargas.

Aquella noche llamaron dos turcos á la puerta; la guardia les preguntó qué querían: dijéronles que les llamasen un Capitán cojo y otro que tenía las narices rajadas, que los llamaba el mayordomo del Bajá. Entendiendo que lo decían por Joan de Funes y Zayas, se los llamaron. Vino con ellos Diego de Vera.

Entre los concurrentes que á ese acto asistieron vimos á los siguientes: Jefes y Oficiales Mayor General José de Jesús Monteagudo. Brigadier Pablo Mendieta Montefur. Coronel José Martí y Zayas Bazán. " Francisco de P. Valiente y Portuondo. " Carlos de Rojas y Cruzet. " Carlos Machado y Morales. Tte. Coronel José N. Guerrero y Dueñas. " José Pereda y Gálvez. " Bartolomé Masó y Martí.

Y así, viniendo al caballero de Gonzaga el gobernador Rodrigo Zapata y el capitán Diego de Vera, como los vió el capitán D. Juan de Castilla, quiso reñir con ellos y díjoles bien alto, que lo oyeron todos, que á qué venían allí y qué querían, y yéndose ellos les envió el alférez del capitán Olivera, al cual encargó que dijese al dicho gobernador Rodrigo Zapata que D. Juan de Castilla se protestaba de parte de Su Majestad y de Su Excelencia que no hablase ni dejase hablar á ningún soldado con los turcos, ni hacer otro pacto ni concierto con ellos, porque no se lo cumplirían ni guardarían, sino que procuraran de defender el fuerte, que aún estaban á tiempo de poderlo hacer, y á esto no respondieron cosa ninguna; que á esta sazón el capitán de Funes y el capitán Juan de Montiel de Zayas y el capitán Juan del Aguila, habían salido á parlamento fuera del fuerte, con el Bajá y Dragut; y el capitán Juan de Funes, por orden del Bajá, después que hobieron hablado largamente, volvió dentro en el fuerte diciendo que serían salvos y libres todos los Oficiales y 25 soldados por cada compañía, y con este recaudo y resolución le enviaba el Bajá, y con él dos turcos para escrebir y tomar por letra los dineros, moniciones y vituallas, y el número de la gente que se hallaba dentro.

Los primeros, Joan del Aguila, se fué de armada; Zayas volvió con Villacis y un renegado que se decía Mamy, diciendo que el Bajá y D. Alvaro mandaban que toda la gente se entrase á puesta de sol en el castillo; que les diesen un moro que se llamaba Sayte y el hijo del jeque que habíamos traído de Sicilia para hacerle señor de la isla, con otros tres rehenes que habían dejado los alarbes que habían venido á servir.

Á fuerza de deletrear, llegó á leer casi de corrido cuando estaba ya muy granada; y sus lecturas no fueron sólo de vidas de santos, sino que conoció también algunas historias profanas y las obras de varios poetas. Sus autores favoritos fueron doña María de Zayas y Gerardo Lobo. Se preciaba de experimentada y desengañada.

Como llegué á las galeras, envié un soldado que fuese á nado al fuerte para que diese aviso que yo estaba allí, y escribí al Contador Juan del Arcón que hablase á los capitanes y de mi parte les dijese que yo estaba en las galeras y que les rogaba se entretuviesen sin rendirse hasta que yo fuese, que lo haría en cresciendo la mar; y aunque es bien verdad que era imposible tenerse el fuerte y dejarse de perder aquel día ó el otro á más tardar, tengo con mucha razón queja de algunos capitanes que, no observando mi orden y sin darme parte, ni á algunos de los capitanes que estaban en el fuerte, no solamente eligieron y nombraron por Gobernador para que rindiese el fuerte al Capitán Rodrigo Zapata, que al presente está en esta corte, y él lo aceptó, pero aun por su orden, como paresce por unos carteles que el Capitán Juan de Zayas le ha puesto.

Ninguna... ¡ah! : las de doña María de Zayas, los ejemplares de Cervantes y el Quijote, esa admirable novela. Y había una lisura tal en la expresión de Amparo al contestarme; tal falta, tal negación de pretensiones, que era necesario creer que no sólo tenía talento, sino también elevación de ideas: ¡y junto a esto tal conformidad, tal resignación con lo ingrato de su fortuna!