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Y jadeante, con los ojos fijos y chispeantes, esperaban. El gitano se encogió de hombros, volvió la cabeza de su caballo del lado de la tartana, y la ganó a nado en medio de una granizada de balas, cantando una antigua canción mora del Hafiz: ¡Oh! permites, encantadora niña, que yo envuelva mi cuello con tus brazos, etc., etc. Los contrabandistas se quedaron anonadados.

Las lanchas atracaban difícilmente; pero a pesar de esto, una vez trasbordados los heridos, el embarco fue fácil, porque los marineros se precipitaban en ellas deslizándose por una cuerda, o arrojándose de un salto. Muchos se echaban al agua para alcanzarlas a nado. Por mi imaginación cruzó como un problema terrible la idea de cuál de aquellos dos procedimientos emplearía para salvarme.

Llegando empero Sepé á la orilla del bosque, quitándole el freno al caballo, se escondió en los árboles, y pasado á nado el rio al otro dia, siguiendo los reales que se retiraban, fué recibido en ellos con gozo increible. Esta misma noche se huyeron de las manos de los enemigos dos mozos, los demas quedaron cautivos.

Pero la barca no podrá abordar sin ser descubierta, y habrá que ir á buscarla á nado... ¿Tendré yo la fuerza suficiente? Yo te sostendré... y te llevaré si es preciso. ¿Y los tiburones? ¿Has pensado que pululan por estas costas y que hay cien probabilidades contra una de ser devorado por ellos?

Todo el día se lo pasaba Obdulia cuidando sus macetas, y tanto las regaba, que en algún momento faltó poco para que se hiciera preciso atravesar a nado el trayecto desde la salita al comedor. Ponte la incitaba con sus ponderaciones y aspavientos a seguir comprando flores, y a convertir su casa en Jardín Botánico, o poco menos.

Entonces vendréis con la chalupa de vapor á pasar por la isla, lo más cerca posible, en cuanto cierre la noche, lo que es aquí obra de algunos minutos... Nosotros nos echaremos al mar y llegaremos á nado á la embarcación. Si grito, forzaréis la velocidad hacia nosotros, pues será que estemos en peligro. En pocos instantes se decidirá nuestra salvación ó nuestra pérdida. ¿Y el navío?

¡Vamos, valor, hijos míos! decía , Dios es justo y por su asistencia y la mía nos vemos libres de ese infernal gitano. ¡Cómo! preguntó el honrado Massareo , ¿está usted bien seguro, Santiago, de que el condenado está entre el número de los muertos? ¿Dónde quiere usted que esté, capitán? Con semejante tiempo no era posible salvarse a nado.

Con ayuda de la cuerda me deslicé suavemente en el agua, nada fría, porque el día había sido muy caluroso. Crucé a nado el foso y seguí nadando junto a los altos muros de la fortaleza, sin ver a más de tres varas de distancia y con muy buenas esperanzas de no ser descubierto.

Este arroyo es desigual, por partes se pasa á nado, por otras al encuentro del caballo que es la menos agua: todo él es pantanoso, esto es, de lo que está figurado su curso al E; en sus orillas bañados con pajonal.

Dígame, Alain, ¿tiene usted un cuchillo? ¿Un cuchillo? repitió la señorita Margarita con el acento de la sorpresa. , déjeme, déjeme hacer. ¿Pero qué pretende usted hacer con un cuchillo? Pretendo cortar una rama dijo el señor de Bevallan. La joven lo miró fíjamente. Creía murmuró que iba usted á echarse á nado.