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Contador Mayor, D. Ramon de Oromí, se dijo: Que no se cree con autoridad alguna para influir con su voto en alterar las autoridades constituidas; y en el presente caso no le queda mas que desear que no se haga innovacion alguna en ellas. Por el Sr. D. Pedro Baliño, se dijo: Que ignora el supuesto de si la España existe ó no, é igualmente ignora si se debe ó no revalidar la autoridad del Exmo. Sr.

Hace un momento llamaron a la puerta de entrada; corrí, con el corazón trémulo de alegría, y estuve a punto de abrazar al hombre que venía para ver el contador del gas... Dentro de una hora volverán a llamar y recibiré a un chico de telégrafos, que me entregará un despacho, siempre igual: «Imposible acudir tan pronto. Descorazonada. Ven a comer el jueves. Ternezas.

D. Julian de Leiva; y concurrido para este acto, en virtud de la citada convocatoria; á saber, el Ilmo. Sr. Dr. D. Benito de Lue y Riega, el Exmo. Sr. D. Pascual Ruiz Huidobro, Teniente General, el Sr. D. Manuel José de Reyes, Oidor de esta Real Audiencia, el Sr. D. Diego de la Vega, Contador mayor, Décano del Real Tribunal de cuentas, el Sr.

Qué curioso mareo... pensó el contador y lo peor es... Al levantarse e intentar dar un paso, se había visto obligado a caer de nuevo sobre el tronco. ¡Sentía su cuerpo de plomo, sobre todo las piernas, como si estuvieran inmensamente hinchadas. Y los pies y las manos le hormigueaban.

Viendo los turcos lo poco que ganaban en venir á las manos con los del fuerte ni galeras, acordaron de esperar á que acabásemos el agua, porque de los que se huían tenían cada hora aviso de la poca agua que teníamos, y los que se iban, por cubrir su bellaquería y por complacer los turcos, publicaban más necesidad que la que había. Muerto el gobernador Barahona, que tenía cuenta con el agua, se dió el gobierno del fuerte y el cargo de la cisterna al Capitán Antonio de Olivera; y estando herido de un arcabuzazo, se dió cargo del agua á Juan de Alarcón, Secretario de D. Alvaro, que servía de Contador en la fuerza.

Los muchos trabajos que mediaron para fijar el de San Julian, ya en el tiempo que acampó la gente en el Puerto Deseado, donde la poca constancia y sufrimiento del oficial comandante de la tropa, y contador interino, sedujeron é intimidaron á los demas; en términos que por evitar mayores inconvenientes se vió obligado el Super-intendente D. Antonio de Viedma mandarlos á disposicion del Exmo. Sr.

A Dios gracias tengo buenas relaciones en la prensa y ya verá usted la mosquita que le haré poner al señor contador... ¡Ya verá usted y se reirá!... ¿Y no sabe cuándo vendrá el tan célebre expediente? No, señora..., ¡no puedo decirle nada al respecto! La señora se sonríe y exclama, por si acaso, como quien tira un anzuelo por si pica.

Conseguía alojamiento y mesa en la casa de un personaje como el contador Quitanilla, favorito de los reyes; le protegían los priores de ricos conventos; tenía pláticas con la gente de la corte, y al fin le escuchaban los monarcas, mientras España andaba revuelta en las últimas guerras con los moros, había de atender a los choques políticos en Francia e Italia, tenía poco dinero y necesitaba tiempo y reflexión para cosas más urgentes e inmediatas que buscar un nuevo camino que llevase a la «tierra de las especierías»... ¡Si se hubiese presentado como español!

Dr. D. Manuel Obligado, vecino y del comercio; el Sr. Dr. D. Mariano Moreno, Abogado y Relator interino de esta Real Audiencia; el Sr. D. Nicolas del Campo, Contador de cuadrantes; el Sr D. José Agustin Aguirre, de este comercio; el Sr. D. Andres de Lezica, idem; el Sr. D. Manuel Barquin, de este vecindario; el Sr. D. Pedro Baliño, de este vecindario y comercio; el Sr. D. Domingo Lopez; el Sr.

En el tribunal y audiencia de cuentas, ó sea contaduría mayor, si con el aumento de manos que ha recibido desde mi ausencia no ha puesto al corriente sus negocios, no para cuando se conseguirá esto; bien que no es la culpa de los empleados, sino de los deudores de la hacienda, dedicados á entorpecer y dilatar el pago de lo que adeudan por cuantos medios están á su alcance: asi es que hay una regular existencia de espedientes de juicios de cuentas que cuentan muchos años de actuarse, aunque por trámites desusados, desconocidos, y por lo tanto ilegales, como que se encaminan únicamente á demorar el pago de lo que deben, con perjuicio y daño del erario, como deberá saber el Gobierno por las relaciones que el contador mayor remitirá anualmente del estado de los juicios de cuentas, con espresion de lo que se debia, lo que se ha cobrado, y lo que aun se resta á deber, con relacion de las dilijencias para todo practicadas.