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Para evitar el peligro se nombraron 100 fusileros de tropas ligeras con todos los indios auxiliares de Anta y Chincheros, á quienes se dió la órden para desalojar á los rebeldes de tres puestos muy ventajosos que ocupaban en la cresta de la montaña en que estaban alojados, cuyo ataque emprendieron valerosamente; y tuvieron la fortuna no solo de conseguir el intento, sino tambien derrotarlos enteramente, á vista del resto de las tropas que esperaban el éxito del suceso.

Los endecasílabos con rimas encadenadas, forma singular y poco común, cuya estructura es fácil de entender por el ejemplo siguiente: «Saben los cielos, mi Leonora hermosa, Si desde que mi esposa te nombraron Y de los dos enlazaron una vida, Por bella divertida en otra parte, Quisiera aposentarte de manera En ella, que no hubiera otra señora Que no siendo Leonora la ocupara

Durante la comida charlaron de mil cosas indiferentes, y ni él ni ella nombraron al muerto para nada. De pronto, en un momento en que el criado les dejó solos, Julián, bajando cuanto pudo la voz, preguntó: ¿Vendrá gente esta noche? No espero a nadie... y con el agua que está cayendo...

Por nuestra parte se doblaron las guardias y centinelas, se nombraron piquetes de caballeria y algunos lanceros á pié, para que se mantuviesen en continua vigilancia al rededor de la villa, así para evitar algun incendio, como para que con la mayor precaucion y silencio se adelantasen cuanto les fuese posible á observar los movimientos del enemigo, tornando despues cuantas providencias eran necesarias para no ser sorprendidos.

Como llegué á las galeras, envié un soldado que fuese á nado al fuerte para que diese aviso que yo estaba allí, y escribí al Contador Juan del Arcón que hablase á los capitanes y de mi parte les dijese que yo estaba en las galeras y que les rogaba se entretuviesen sin rendirse hasta que yo fuese, que lo haría en cresciendo la mar; y aunque es bien verdad que era imposible tenerse el fuerte y dejarse de perder aquel día ó el otro á más tardar, tengo con mucha razón queja de algunos capitanes que, no observando mi orden y sin darme parte, ni á algunos de los capitanes que estaban en el fuerte, no solamente eligieron y nombraron por Gobernador para que rindiese el fuerte al Capitán Rodrigo Zapata, que al presente está en esta corte, y él lo aceptó, pero aun por su orden, como paresce por unos carteles que el Capitán Juan de Zayas le ha puesto.

Ellos convencieron de tal modo al obispo y al cabildo, que acordaron se construyese el retablo como proponia el Hermano Alonso, y prefiriendo la traza que habia hecho á otras que tambien se habian presentado, le nombraron superintendente de la obra con 1500 reales al año y 500 para vestuario, pagándole además los gastos de los viajes á las canteras y de disponer la conduccion de las piedras.

Dice Matute en sus Anales que los chuchos estaban allí muy cuidadosamente asistidos y que se «separaban en los diversos departamentos, según el grado que advertían en su enfermedad», consignando también que para asistirlos se nombraron á seis enfermeros, prosiguiendo en tanto los doctores sus estudios para dar con el padecimiento y los medios de combatirlo.

Este obispo D. Iñigo hizo imprimir en Venecia el año 89 el Breviario y Misal de la iglesia de Córdoba. Se celebró concordia entre el cabildo y D. Alonso de Aguilar sobre las diferencias habidas por causa de los diezmos de Aguilar y Montilla con sus aldeas y términos. En este mismo año nombraron los reyes al obispo Manrique presidente de la chancillería establecida en Ciudad Real.

Despues de Irala muerto, se juntaron En una iglesia todos, y eligieron, De doce caballeros que nombraron, Los cuatro, cuyos nombres escribíeron: Por opuestos aquestos señalaron, Los vecinos sus votos aquí dieron. Salió Francisco Ortiz, el de Vergara, Que con hija de Irala se casára.

La república determinó de venir en lo que el rey mandaba, y respondió, que habia sentido lo que Eduardo de Oria su general hizo con Berenguer de Entenza; y que fué motin de la gente vil de las galeras el que causó tan grande exceso; que no se pudo atajar por los capitanes, y general, hasta después de ejecutado; que ellos pondrían desde luego á Berenguer en libertad, y nombraron once personas para que se juntasen con los deputados que el rey enviaria en el lugar donde fuese servido, para tratar de la enmienda que se habia de dar á Berenguer por los daños que habia recibido en la pérdida de las galeras, y en su prision.