United States or Germany ? Vote for the TOP Country of the Week !


Esto que es platonismo, me digo entonces. Esto es el amor de la hermosura por la hermosura: la expresión del cariño y del afecto hacia lo que Dios hizo manifestada en un beso candoroso que en el vano e incorpóreo reflejo se estampa. Ya ves que te hablo hasta de mi sencilla fatuidad y que te declaro todas mis venturas.

De esta suerte vivían hija y padre, don Gaspar con el pensamiento puesto en ella, y Helena dejando volar su imaginación entre resignada y soñadora, cuando durante un otoño comenzó la muchacha a sufrir tal cambio en su manera de ser, que no pudo quedar oculto a quien vivía continuamente observándola para ahuyentarle penas y procurarle venturas.

En suma, V. la ha envenenado con tal desconfianza, que ella, al sentir los latidos de su corazón juvenil y la lozanía de la vida en su verde primavera; al ver el fuego, si puro, ardiente de sus ojos; al oir la voz de la naturaleza, que la incita á que ame; al soñar acaso con lícitas venturas, logradas en este mundo al lado de un ser de su misma humana condición, se ha figurado que era presa de impuras pasiones, se ha creído perseguida por los monstruos del infierno, y para no ser ella un monstruo, ha querido refugiarse en el santuario.

Despidiéronse las gitanas, y al irse, dijo la doncella del dedal: Preciosa, dime la buenaventura, o vuélveme mi dedal; que no me queda con qué hacer labor. Señora doncella respondió Preciosa , haga cuenta que se la he dicho, y provéase de otro dedal, o no haga vainillas hasta el viernes, que yo volveré y le diré más venturas y aventuras que las que tiene un libro de caballerías.

Cuando en mitad de un día esplendoroso de sol, bajo un cielo azul reverberante, abría todas las ventanas del gabinete y dejaba pasar el viento fresco y acre que levantaba sus cabellos y arrojaba por el suelo los papeles de la mesa, pensaba con deleite que había ascendido en un globo y se hallaba en mitad del espacio nadando por el aire a merced de todas las venturas.

Lloré tal vez mis esperanzas vanas; Y teniendo las horas más seguras, No de la vida, mas de haber llegado A estado de lograr tales venturas, Ibame desde allí con el cuidado De alguna línea más, donde escribía Después de haber los libros consultado. Llamábanme á comer; tal vez decía Que me dejasen con algún despecho; Así el estudio vence, así porfía.

Tal vez trajese el ánimo dispuesto a concesiones. ¿Cuáles? ¿Citarle nuevamente? ¿Dónde ni con qué objeto? ¿Para entregársele renovando en perjuicio de otro las venturas pasadas? Don Juan lo deseaba... y lo temía. Reconquistarla, estrecharla contra su pecho, volverla loca..., bueno; pero arriesgarse a tener algún día que esconderse cobardemente, ¡eso no! por muy bravo que fuese el señor Martínez.

El amor que Angelina me inspiraba no era ese que nos promete dichas y venturas, lisonjeando nuestra vanidad, halagando nuestro orgullo, y despertando risueñas esperanzas; ni ese otro abrasador, apasionado, que nos encadena a las plantas de soberbia beldad, sumisos a su capricho, esclavos de su hermosura, desesperados si nos desdeña, locos de felicidad si nos favorece con una sonrisa.

Creemos, puede afirmarse, que el más solemne recibimiento de monarcas y que los más ostentosos festejos que celebró Sevilla durante el siglo XV, fueron con ocasión de la visita de los Reyes Católicos, en 1477, durante la cual tuvo lugar el nacimiento del Principe Don Juan, cuyo bautizo se verificó con la mayor pompa, porque la nación entera cifró en aquel todas sus esperanzas, sus más vehementes anhelos de prosperidad y de venturas.

Por mi voz que te nombra, por mi vida errabunda, por mi senda cubierta de propósitos muertos y de muertas venturas; por la luz que no encuentran mis jardines desiertos, por todas mis tristuras; unge mi pecho en un claror de luna, en un beso de brisas; dame el bien de todos tus misterios, noche bruna, y no me prives de tu luna. Amén.