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PEDRO BAYLE, renovando los errores de los Manicheos, quiere averiguar el origen de los males físicos y morales de los hombres por las luces naturales; mas sus conatos fueron vanos como lo demostró LEIBNITZ en su Teodicea, compuesta principalmente para tratar este asunto.

Durante toda la mañana se estaba renovando aquel público, femenino en su mayoría, y la puerta seguía tragando mujeres para arrojarlas luego a la calle pasados veinte o treinta minutos, al cabo de los cuales se las veía salir abriendo sombrillas o desplegando abanicos, porque la luz del sol las ofendía, acostumbrada ya su retina a la oscuridad de la sagrada cueva.

Me contaste que viniendo no por dónde te salió un borracho, y tuviste que andar a trompazos con él. Traías tierra en la americana azul. Toda la noche estuviste muy inquieto, ¿no te acuerdas? Me acuerdo, dijo el Delfín, renovando en su mente el lance con Maximiliano. Pues verás. Otra noche, cuando te desnudabas, plin... cayó al suelo un botón. Vino saltando hasta cerca de mi cama.

En el siglo XVII luego que Felipe III despachó una cédula con el propósito de estorbar los tratos de sus vasallos con los del rei de Inglaterra su enemigo, renovando la que hizo Felipe II cuando dió principio á la guerra con su competidora Isabel, comenzaron algunos hombres eruditos i amantes de la prosperidad de España á pensar en el remedio de los males que entonces padecia, así por la falta de dinero como por la despoblacion de muchas de sus mejores ciudades.

Pues entonces, Roger, tirad al suelo ese trozo de espada, aconsejó Norbury. ¿Me pedís perdón? repitió Roger dirigiéndose á Tránter. ¿Estáis loco? contestó éste. ¡Pues en guardia otra vez! gritó Roger, renovando el ataque con vigor tal que compensó la pequeñez de su arma. Había notado que la respiración de Tránter era fatigosa y se propuso hostigarle y cansarle, haciendo valer la propia agilidad.

Hay ciertas verdades fundamentales, que con la luz natural se alcanzan, como el todo es mayor que su parte: cada cosa es ó no es, &c. y á estas algunos modernos, renovando máxîmas de la antigüedad, las llaman innatas, como que están plantadas en el alma, y solo se excitan, ó dispiertan con la presencia de los objetos.

El espíritu de investigación que está revisando, reformando, rehaciendo y renovando todas las ideas de los hombres sobre el universo y la vida, que nada ni nadie ha podido detener antes, que cada día es más vigoroso, más amplio y más decidido, y que está paseando la antorcha de la Ciencia hasta por los terrenos vedados a la razón humana por la palabra divina, viene también, detrás de los fugitivos de Francia y de Filipinas, a rescatar para la moral del amor y de la simpatía, del pensamiento y la acción, esta América del Sud, que fue consagrada a la moral del infierno y al servilismo espiritual por sus primeros colonizadores, y que ha sido desde entonces un infierno de odios y rencores, de esterilidad mental y de persecuciones y atrocidades sin cuento, simplemente porque los caudillos políticos acudieron a los mismos resortes de gobierno que la religión había implantado en el alma de los sudamericanos; el miedo al mal y la resignación para aguantarlo pasivamente.

Y á la verdad podía bien esperar esto de los Chiriguanás, que viven á la orilla del río Pilcomayo, pero no de los del río Bermejo, pues antes éstos, renovando las antiguas canciones, porque otras veces habían echado á los misioneros porque queríamos hacerlos esclavos de los españoles y obligarlos al servicio personal y otras mil mentiras de este jaez, le miraban con malos ojos y le decían que si pusiese el pie en sus tierras se había de salir luego, ó que para quitarle de una vez de sus ojos, le habían de quemar vivo.

No seré útil a nadie... Los amaré, velaré por ustedes y les daré mi vida... Vean ahí continuó sonriendo y dándonos la mano, que mi parte es la mejor, y que de los tres seré el más dichoso. »La campana del castillo sonó en aquel momento, y nos separamos renovando el juramento de eterna amistad, que el Cielo oyó, y que nuestros corazones ha mantenido.

Los dos mil duros de doña Lupe crecieron como la espuma en el término de tres años, renovando obligaciones, acumulando intereses y aumentando estos cada año desde dos por ciento mensual, que era el tipo primitivo, a cuatro. A la pobre víctima le sacó Torquemada mucho más, porque se adjudicó sus muebles riquísimos por un pedazo de pan; pero el tal se lo tenía muy bien merecido.