United States or Bosnia and Herzegovina ? Vote for the TOP Country of the Week !


Natural es que estas dos series de poetas, y en tiempos tan próximos, no puedan separarse rigurosamente: la primera toca á la segunda, y el principio de la última se pierde á su vez en la anterior; pero conviene señalarlas para orientarnos, dividiendo de esta suerte en dos grupos á los coetáneos de Lope de Vega, que realmente se diferencian entre en algunos puntos.

Los viernes ayunaba rigurosamente a pan y agua, haciendo prodigios de habilidad para que su padre no cayese en la cuenta, pues de notarlo tenía por seguro que no se lo consentiría. Traía siempre un medallón al cuello con el retrato de su novio. Un día que éste consiguió hablar un momento a solas con ella, le dijo: Oye, Ricardo; si no te enfadas, te diría una cosa.

Si se examinan los dramas de esos poetas del azar, que imaginaban imitar á Calderón, se nota en ellos la forma española extrañamente destrozada, y en vez de los romances y redondillas, rigurosamente simétricas, armoniosas y llenas de gracia, tropezamos con semitroqueos abundantes en hiatos, que nos desagradan, en los cuales, tan pronto aparece una rima como desaparece por completo; en vez de ese lujo de imágenes, flores naturales del talento poético, frases baladíes y sin sentido, tan parecidas á aquéllas como lo es una caja de música á una sinfonía de Beethoven: y esto pasando por alto lo mucho que pudiera decirse del fondo y de la tendencia de estas producciones manuales.

Vigílasela entonces más rigurosamente, nombrando sus carceleros á la Avaricia, al Deleite y al Orgullo, cuando el pastor San Juan Bautista entra en la cárcel y la consuela anunciándole su pronta redención. Lo restante del auto, como casi todos los de su especie, refiere la llegada á Belén de San José y de la Virgen, y la anunciación á los pastores del nacimiento de Jesús.

El peinado de Clara podía rigurosamente ser tachado de provinciano, porque se alzaba en un moño de tres tramos sobre la corona. Este modo de peinarse era ya desusado en la corte; pero la belleza suele generalmente triunfar de la moda, y Clara estaba muy bien con su trenza piramidal.

Era hombre de costumbres fijas, y además, los monegascos en cuya casa estaba alojado mantenían rigurosamente la puntualidad en las comidas. ¡No haber en Mónaco un restorán, para darse el lujo de invitar al príncipe!... Este le propuso que lo acompañase á la lejana Villa-Sirena para almorzar juntos. ¡Se sentía tan bien en su compañía! ¡le daba noticias tan interesantes!...

Entonces será ocasión oportuna de caracterizar rigurosamente las distintas especies de piezas dramáticas, como las comedias de capa y espada, las de ruido, etc., pues aunque todas ellas asoman ya con sus rasgos esenciales en el período anterior, aparecen sólo en el subsiguiente con sus condiciones peculiares, y tales cuales después duraron por más de dos siglos largos .

Siguiéronle rigurosamente los pocos estómagos agradecidos que hablaron después, hombres de corta talla política y de escasa significación literaria; y ya se daba por terminada la serie, preparándose griegos y troyanos a escuchar con la boca abierta la última, la más solemne de las palabras, la que estaba obligado y dispuesto a pronunciar el héroe de la fiesta, en cuyo aspecto se reflejaban harto claramente las hondas impresiones que le combatían el espíritu en aquel trance de prueba, cuando se levantó don Mauricio Ibáñez.

El Asistente de Sevilla en 1621 era el conde de Peñaranda, el cual dió pruebas de ser hombre de carácter tal, que lo retrata el siguiente hecho, rigurosamente histórico: Varios muchachos de esta ciudad se encontraban reunidos entregándose á diversos juegos, con frecuencia inocentes pero cayeron cierto día en uno que ya no lo era tanto y fué decir que estaban formando cierta conjura para á uno de ellos proclamarlo rey, como si esto fuera cosa que en sus manos estuviese.

¡Hija de Dios! exclamó entonces la rapazuela con un estirón de faldas hacia la rodilla, mientras se llevaba hasta la boquita risueña la otra mano a medio cerrar . ¡Y yo que estuve a pique de tuteále, cuando ahora, por la cuenta, me sale tío! Podría no ser todo esto rigurosamente «correcto»; pero a me resultaba muy entretenido.