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Actualizado: 27 de mayo de 2025
D. Peregrín Casanova, persona que hacía viso en la villa, y que hasta entonces había guardado rigurosamente la ley en todas las solemnidades, lo mismo profanas que religiosas, tenía ahora metidas en los riñones las rodillas de otro bípedo racional de seis pies de alto, lo cual le producía algunos movimientos convulsivos en el epigastrio y un vivo desasosiego acompañado de sudor copioso.
Bien pudiera Dios rigurosamente piadoso dejarles apartar de estos mares y sepultarles después en golfos de agua para eternizar su muerte en las llamas que merecían. Mas los adorables juicios de la Providencia Divina, aunque siempre inescrutables a la mayor perspicacia, también a veces se nos dan a venerar dejándose traslucir en la benignidad de sus efectos.
Hombre era para pronunciar con suma formalidad y gran reposo: Ayer, en casa de la Lage, se han puesto en la mesa dos principios: croquetas y carne estofada. La ensalada fue de coliflor, y a los postres se sirvió carne de membrillo de las monjas. Comprobada la exactitud de tales pormenores, resultaban rigurosamente ciertos.
¿Hay exactitud en comparar estrictamente esas corrientes, como se ha hecho á veces, corrientes asaz distintas y no muy mezcladas, á los vasos, venas y arterias de los animales superiores? Rigurosamente hablando, no. Empero tienen cierta semejanza con la circulación menos determinada que los naturalistas han descubierto recientemente en algunos seres inferiores, moluscos y anélidos.
No tengo por lo tanto la pretensión de presentar una obra rigurosamente sujeta a un plan de unidad, sino una sucesión de cuadros tomados en el momento de reflejarse en mi espíritu por la impresión.
Después le ha parecido bien mirar quién era el autor de este libro, y ha visto que se llama Bergier. ¿Quién es Bergier? Azorín no lo sabe, y, sin embargo, debería saber que los diccionarios biográficos dicen, entre otras cosas, de este autor que «era un lógico hábil en deducir sus ideas rigurosamente unas de las otras».
Esta comparacion no es una ocurrencia satírica, es un argumento rigurosamente filosófico á que nada se puede contestar; él basta para poner de manifiesto lo infundado y contradictorio del sistema de La-Mennais, así como indica por otra parte el orígen de la equivocacion, que consiste en tomar el efecto por la causa.
La primera parte de esta metáfora no era rigurosamente exacta; porque el antiguo sol iluminaba bastante bien el valle cuando no lo ocultaban las nubes, y el nuevo no podía hacerle la competencia en punto á claridad. Pero la segunda no hay duda que estaba más ajustada á la verdad. Corría dinero entre el paisanaje.
Queda intacto, si nos atenemos á la parte de observacion; pues no se hace mas que repetir lo que ya sabíamos, consignándose el hecho de la percepcion de la exterioridad de las cosas; está resuelto en un sentido rigurosamente idealista, en cuanto estas cosas son consideradas solo como fenómenos ó apariencias.
Alentado por el ejemplo de la piadosa doncella, comenzó a maltratar su carne como ella: cada una de sus confidencias servíale de ejemplo. Quiso también ayunar rigurosamente, quiso también levantarse al primer sueño y pasar una hora en cruz de rodillas, quiso gastar cilicio, quiso disciplinarse.
Palabra del Dia
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