United States or Chad ? Vote for the TOP Country of the Week !


El Ilang-Ilang, ese árbol precioso que en la esencia de su flor, no sólo encierra el más preciado de los perfumes, sino también un elemento de riqueza, forma en Mindoro bosques extensos donde la codicia del hombre, ciega por el deseo del lucro, no se contenta con el producto de la flor, y destruye miles de plantas para obtener de su jugo una pequeñísima parte del codiciado líquido; exígua recompensa que pone de manifiesto él exceso de avaricia, la falta de sentido práctico que se observa en la explotación de los veneros de riqueza que atesora el Archipiélago.

Todos los productos del país eran naranjas cortezudas, limones y estos olivares, muy hermosos, muy decorativos, pero que producen una aceituna pequeñísima, puntiaguda, toda hueso. ¡Al lado de las nuestras de Andalucía, profesor!... Ahora hay en la Costa Azul millonarios hijos del país, que no han hecho mas que vender los pobres campos de sus abuelos.

Para mantener al pobre en la esclavitud, esperando unas migajas que acallaban su hambre por un momento y prolongaban su servidumbre. La caridad era el egoísmo disfrazándose de virtud; el sacrificio de una pequeñísima parte de lo superfluo repartida a capricho. Caridad, no: ¡justicia! ¡a cada cual lo suyo!

No se besaban por un resto de pudor, por miedo a la gente, pero sus labios secos, acariciados por la humedad de la lengua, parecían atraerse al través de la pequeñísima distancia que los separaba. Cuando abandonaron el merendero, iban con paso vacilante, silenciosos, por la soledad del campo. Se detuvieron en las inmediaciones del Canalillo.

Muy léjos están los Canichanas de tener como los antedichos un semblante abierto y revestido de dulzura; su aspecto es feroz y duro; su cabeza muy grande; su cara oblonga como la de los Tobas del Gran-Chaco; tienen los pómulos muy pronunciados; la frente pequeñísima y combada; la nariz ancha, corta y aplastada, y sus ventanas muy abiertas; la boca grande; los labios gruesos; los ojos hundidos, pequeños é inclinados por la parte de arriba á su ángulo estremo; las orejas chicas; las cejas arqueadas; el cabello y la barba lo mismo que los demás indígenas de la provincia de Moxos.

Ese tipo de escritor culto, ponderado, sano, inteligente y bien nutrido, que Lemaitre considera superior al genio y del que pone como ejemplo a Anatole France, no existe entre nosotros. Todos nuestros escritores pertenecen a la categoría genial. Yo mismo, en mi pequeñísima escala, ¿qué duda cabe de que también soy un genio?

Con pasmosa generosidad repartí entre parientes, amigos y paisanos los cuantiosos bienes de mi marido. Sólo guardé para , relativamente, una pequeñísima parte: menos, mucho menos de lo ganado durante la sociedad conyugal: mucho menos de lo que por derecho me pertenecía. Mi estupenda generosidad tenía pasmados a todos los brasileños. No había quien no me celebrase y aplaudiese.

Su individualidad desaparece á sus propios ojos; siente la armonía que preside al conjunto inmenso de que forma una pequeñísima parte: en aquellos momentos solemnes, es cuando el genio canta inspirado las grandezas de la creacion, y levanta una punta del velo que cubre á los ojos de los mortales el esplendente solio del supremo Hacedor.

Y le había puesto una comparación: «Si usted, hija mía, se baña en un río, y revolviendo el agua al nadar, por juego, como solemos hacer, encuentra entre la arena una pepita de oro, pequeñísima que no vale una peseta, ¿se creerá usted ya millonaria? ¿pensará que aquel descubrimiento la va a hacer rica? ¿que todo el río va a venir arrastrando monedas de cinco duros con la carita del rey y que todo va a ser para usted?

Charlatán por naturaleza, se rodea del aparato ostentoso de las apariencias, y es un cuerpo más impenetrable que la célebre cuña de la milicia romana. Las bellas letras, en una palabra, el saber escribir es un oficio particular que sólo profesan algunos, cuando debiera constituir una pequeñísima parte de la educación general de todos.