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Una gran concentración de espíritu; una activa e intensa observación de mismo, el instinto de elevarse muy alto cada vez más, y de dominarse no perdiéndose de vista nunca; las transformaciones arrastradoras de la vida con la voluntad de reconocerse en cada nueva faz; la naturaleza que se hace comprender; sentimientos que nacen y enternecen un joven corazón nutrido de su propia sustancia; aquel nombre que se enlaza con otro y versos que se escapan de él como el aroma de una flor en primavera; los esfuerzos fracasados hacia las altas cumbres del ideal; la paz, en fin, que se hace en un espíritu borrascoso, tal vez ambicioso, y de seguro martirizado por quimeras; he ahí, si no me engaño, lo que se podía leer en aquel registro mudo, más significativo en su confusa nemotecnia que muchas memorias escritas.

Moriste dichoso, sin ver que sobre el pecho la sombra del ala extendida y las garras del buitre voraz. La suerte está echada. Borraste el padrón infamante, y en su híspida senda tu pueblo camina adelante. Tal vez llegue al fin, o tal vez lo sepulte el alud. Ya el árbol, nutrido con sangre y acerbos dolores, sonríe en sus frutos y espera en sus vírgenes flores.

Avanzó resuelto, y cogiendo con mano trémula el aldabón de hierro que pendía de la puerta, dio un recio golpe, que, retumbando en la desierta nave de la iglesia, fue devuelto en seguida por los ecos más prolongado y más nutrido.

El terrateniente habla con el personaje político de problemas ganaderos y agrícolas, de la situación del país, de exportaciones e importaciones, de frigoríficos, de novillos y pastos, etc. Discurre con sensatez y equilibrio, aunque sin ciencia. Nutrido de realidad, su visión directa de las cosas suple con ventaja a los libros.

El domingo, primero que allí pasaba el sacerdote, salió muy temprano de casa, dijo misa, dio un paseo largo, comió más tarde que de costumbre, y poco antes de concluir, cuando al levantar el mantel le trajo el ama los fósforos y el bote de picadura, oyó que comenzaba a resonar al principio aislado y débil, luego nutrido y fuerte, el ruido que producían los canteros picando y labrando piedra en el solar vecino.

Esa libertad de que los Suizos han gozado y gozan ha producido dos grandes resultados: en primer lugar, cada suizo, sintiéndose libre y con dignidad, ha nutrido en su corazon el mas profundo y altivo sentimiento de patriotismo y fidelidad á la nacion, al canton y al distrito, en virtud del cual está pronto siempre á defender la patria y consagrarle su vida.

De la índole nativa depende que este crecimiento sea en buen o mal sentido, y es evidente que los colosos del trabajo, así como los grandes criminales, han nutrido su espíritu en una niñez solitaria. El árbol salvaje, juguete de los vientos en deshabitado país, adquiere un vigor notorio.

Sin relámpagos, sin truenos, la lluvia se hacía más copiosa cada vez, hasta convertirse en un diluvio nutrido y firme que el suelo absorbía sediento, dejando que el exceso de agua se acumulara en pequeñas corrientes que seguían el desnivel del piso como arroyos y ríos vistos desde gran altura y mientras el formidable aguacero caía como una colosal cortina chinesca de gruesos e infinitos hilos incoloros, las movedizas «ratoncitas» trinaban en los tirantes de los aleros como diciendo acongojadas: ¡qué va a ser de nosotras!...

El son vibrante de los metales añadía intensidad al canto, que, elevándose amplio y nutrido hasta la bóveda, bajaba después a extenderse, contenido, pero brioso, por la nave y el crucero, para cesar, de repente, al alzarse la hostia; cuando esto sucedió, la marcha real, poderosa y magnífica, brotó de los marciales instrumentos, sin que a intervalos dejase de escucharse en el altar el misterioso repiqueteo de la campanilla del acólito.

Talento sólido y bien nutrido, sagaz observador y pintor felicísimo de costumbres, Andrés Ruigomez hubiera alcanzado en Francia, con aliento para sus primeros pasos y recompensa para sus primeros merecimientos, una reputacion no menor que la de Paul de Kock, á quien vence en la profundidad de las ideas y no cede en la fuerza del chiste.