United States or Colombia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Pero en lo alto de la hoja, donde los abuelos ponían su mote de fidelidad á Dios y al rey, él había hecho grabar «¡Viva la República!». Sin este sable caballeresco, se negaba á tomar parte en una revolución.

Antes que Rafael tome la ampolleta interrumpió la marquesa diré a usted, don Federico, que la nobleza de nuestra familia estaba ya reconocida en el año 737, porque uno de nuestros abuelos fue el que mató al oso que quitó la vida al rey godo don Favila, y por eso tenemos un oso en nuestro escudo de armas.

Los más viejos y tradicionalistas se vestían lo mismo que sus remotos abuelos, con largos caftanes de colores fuertes y rayados. Las mujeres, cuando no imitaban las modas europeas, lucían un traje pintoresco que hacía recordar la indumentaria española de la Edad Media. No eran únicamente cambistas ó comerciantes, como en el resto de la tierra.

Dichosos nosotros que podemos pensar y decir sobre el futuro y el pasado lo que se nos venga a la mente, sin temor de que nos atormenten, nos quemen o nos destierren los ministros de Dios ofendido y enojado por ello, como lo hacían con nuestros abuelos, casi sin temor de que nos injurien, nos calumnien y nos persigan, como lo hacían con nuestros padres, los representantes oficiales del Dios de bondad.

Podía dar los mismos golpes que dieron sus antecesores al conquistar el pendón en las Navas y se arruinaba con igual indiferencia que aquellos de sus abuelos que se habían embarcado para rehacer su fortuna gobernando las Indias. El marqués de San Dionisio mostrábase satisfecho de sus alardes de fuerza, de la rudeza de sus bromas, que terminaban casi siempre con lesiones de los compañeros.

Las querellas de amor y de bebida debían ventilarse, tizona en mano, á espaldas de la taberna. Con el enfundado acero bajo el brazo, envueltos en su poncho y levantada el ala del fieltro sobre la frente, parecían dos caricaturas de los hidalgos de capa y espada, sus legítimos abuelos.

Sería más rico que , más rico que todos los millonarios del mundo... Y no soy mas que un mendigo bien trajeado. ¡Ira de Dios! ¿Por qué no guardaron mis abuelos sus tierras, en vez de dedicarse á servir al rey ó al pueblo? ¿Por qué no hicieron lo que cualquier patán que conserva religiosamente lo que le entregaron sus antecesores?...

Muchos de sus abuelos eran familiares de todas las ciudades importantes del Mediterráneo; habían visitado a los príncipes de los pequeños Estados italianos, habían sido recibidos en audiencia por el Papa y por el Gran Turco, pero jamás se les ocurrió ir a Madrid.

Y el aperador sacaba del armario un amplio cuaderno, en el que se contenía la genealogía y la historia de todo caballo o mula salido del cortijo, con el apodo de nacimiento, padres y abuelos, descripción de la figura, talla, pelo, color de los ojos y defectos que se confesaban generosamente sobre el papel para quedar secretos, dejando a la penetración del comprador el adivinarlos.

Pero si la veneración á las generaciones pasadas no es más que un vano sentimiento, ¡con cuánto más respeto todavía debiéramos recorrer estas cavernas, donde se refugiaban nuestros primeros abuelos, los bárbaros iniciadores de toda civilización!