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Esta graciosa y pequeña planta, conocida ya en la antigüedad, tiene propiedades bastante limitadas, lo cual justifica quizá el olvido en que cayó; pero estas propiedades son con frecuencia tan útiles y tan patentes, segun las recientes esperimentaciones, que hemos creido conveniente dar á este medicamento un lugar en esta obra. § II. Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Los primorosos objetos, que en los salones había, eran para espantar por su riqueza y exquisito gusto, no ya a la lavanderilla, que poco de esto había disfrutado, sino a la mismísima reina Victoria, que hubiera confesado la relativa inferioridad de la industria inglesa, y hubiera dado patentes y medallas a los inventores y fabricantes de todos aquellos artículos.

Los bellos puentes, los excelentes muelles, las tupidas arboledas que las dominan, las casas modernas tan elegantes, las fuentes públicas abundantes y cañerías hábilmente establecidas, el movimiento social y comercial, los numerosos buques atracados á los muelles, las columnas de humo de las fábricas, los buenos institutos de enseñanza y escuelas prácticas, los establecimientos de beneficencia: todo oso y otros signos patentes de progreso, bienestar y armonía popular, contribuye á inspirar una viva simpatía en favor de Bilbao, haciendo ver que allí la civilización reposa sobre bases sólidas y nada artificiales.

El monarca que al estampar la huella en el solio causa una especie de frenesí de júbilo en su corte; que al año siguiente de su entrada en Córdoba en medio de entusiastas aclamaciones pudo decir con orgullo á sus enemigos «la gracia del sultan hace llover beneficios sobre las casas de los buenos vasallos, pero su cólera es capaz de coronar ochocientas almenas de sus murallas con ochocientas cabezas de rebeldes ; finalmente, ese rey tan halagado de la suerte en las batallas, que difundiendo el terror del nombre agareno por los estados de D. Ordoño lleva sus armas victoriosas hasta las orillas del Garona , no es mucho que embriagado por el incienso de las lisonjas, sea ciego como su padre á los patentes avisos del cielo.

Eran tan patentes los síntomas del mal, que al verlos en otra cualquiera le hubiese extendido la papeleta mortuoria; y con todo eso, Pilar, animada y llena de planes, se creía sujeta únicamente a un resfriado tenaz que había de curarse poco a poco.

Tenía necesidad de sentirme dichoso, y en eso se cifra el enigma de muchas cegueras menos explicables aún que la mía. Entre Magdalena casi mujer y el adolescente apenas emancipado que voy retratando, entre sus brillantes años y los míos, había mil obstáculos conocidos o desconocidos, patentes u ocultos, nacidos o por nacer. Sin embargo, yo me obstinaba en no ver ninguno.

La admiración entusiasta y el vehemente enamoramiento del mozo estaban harto poco disimulados y eran patentes a todos los ojos. Los guerreros de la hueste lo veían claro.

Determinado ya el Emperador de recibir á Berenguer de Entenza, le envió á llamar muchas veces, que se decia estaba en Galípoli, y para asegurarle le envió sus patentes con sellos pendientes de oro, en que le prometia con juramento, que queriéndose quedar le trataria con buena voluntad, y ánimo amigable, y que cuando se quisiese ir no lo impediría.

Si alguna vez se le ocurría ganar, la condesa le hacía pagar cara la victoria, dirigiéndole una granizada de bromas que cualquier tomaría por insolencias: pero Mendoza sonreía tan candorosamente y daba pruebas tan patentes de que sólo la suerte había ocasionado la derrota de la dama, que ésta concluía por reírse también. En poco tiempo conquistó la simpatía y hasta el afecto de los esposos.

Es verdad que á nuestros pobres envilecían los mismos privilegios que hacían odiosos á los ricos; pero ustedes, quemando con la luz que han dado á los primeros las prerrogativas de los segundos y dejando las fortunas como estaban, han hecho pobres orgullosos, y ricos que á ciencia y conciencia son sordos á la voz del infortunio, y ciegos al aspecto de la miseria.... ¡Luces, ilustración!...; todo estaría bien si á su claridad hallase pan el hambriento y abrigo el que tirita de frío; pero, desgraciadamente, la tan decantada luz sólo sirve para hacer más patentes la miseria y la opulencia, y más insoportable para el pobre este eterno contraste.... Si esto es una preocupación mía, que lo diga la historia política y social de Europa de algunos años á esta parte.