United States or Kiribati ? Vote for the TOP Country of the Week !


Por una miseria, que era lo que solicitaba al presentarse cansado y hambriento, no valía la pena de irritarlo, atrayéndose su venganza. El ganadero, que galopaba solo por las llanuras donde pacían sus toros, tenía la sospecha de haberse cruzado varias veces con el Plumitas, sin conocerlo.

Pocas veces los miserables pueden dejar de considerar su situación como un mal que le es infligido por aquellos cuya miseria es menor. Molly sabía que si vestía harapos sucios no era por culpa de la negligencia de su marido, sino del demonio Opio, del que era esclava en cuerpo y alma, y sólo un resto de amor materno hacía que no sacrificara por completo al monstruo la vida de su hijo hambriento.

El leon avanza á saltos: uno más para que hambriento se cebe en su triste presa, que inmóvil, resplandeciendo más que por sus ricas joyas de su beldad por lo inmenso, parte el alma atribulada entre el asombro y el miedo: que la hace sentir Ataide un inefable consuelo, y el leon puede quitarle lo que ya, sin comprenderlo, siente en su sér conturbado por un dulcísimo anhelo.

De su propio seno habían de surgir sus destructores: un proletariado inculto, hambriento, esclavo de la miseria, atormentado por el trabajo continuo, y ofendido por el desprecio, había de levantarse lleno de ira y acabar con todo. Las abultadas noticias de las recientes luchas revolucionarias, promovidas por el socialismo, corroboraban a Pedro Lobo en su opinión.

No puedes negar que eres un veterano de la Independencia. Tienes la misma pasta que los vencedores de Maratón y de Platea. Mas por Júpiter, que no te dejo hablar otra palabra si no consientes en reposar un poco el calor y tomar algún corto refrigerio. Cedió de buen grado D. Félix, porque se hallaba un poco cansado y hambriento. El señor de las Matas llamó con las palmas de la mano.

Tan propio es al hambriento no reparar en salsas, como al necesitado salir a cualquier partido; era poco; pasélo presto con las buenas ganas; en el pan me detuve algo más, comílo a pausas, porque siendo muy malo, fué forzoso llevarlo despacio, dando lugar unos bocados a otros que bajasen al estómago por su orden; comencélo por las cortezas y acabélo con el migajón, que estaba hecho engrudo; mas tal cual no le perdoné letra, ni les hice a las hormigas migaja de cortesía, más que si fuera poco y bueno.

El fisco, cual furioso león hambriento, devoraba judíos, devoraba moros, y de tan rico manjar no quedaban ni los huesos. Otro tanto acontecía con el pueblo. Flaco y roído hasta los tuétanos, pedía un milagro que hiciera llover oro.

Aquel pueblo hambriento, que veía tan cerca á los poderosos arrastrando doradas carrozas, cubiertos de joyas, luciendo ricas telas y holgando siempre, mientras él gemía, alzóse formidable, con rugido de fiera, el mes de Marzo de 1521, y el día 8 se rompieron ya los diques del sufrimiento y se dispuso á ejecutar, sin que nada lo contuviese.

Que le traigan dos dijo el señorito gozando con la idea de ver comer a un hambriento. Jacinta salió, y mientras estuvo fuera Ido hablaba de su mala suerte. «En este país, Sr. D. Juanito, no se protege a las letras.

7 ni oprimiere a ninguno; al deudor tornare su prenda, no cometiere robo, diere de su pan al hambriento, y cubriere al desnudo con vestido, 10 Mas si engendrare hijo ladrón, derramador de sangre, o que haga alguna cosa de éstas, 11 Y que no haga las otras; antes comiere sobre los montes, o violare la mujer de su prójimo,