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Cruzó por su pensamiento una idea que la había halagado en los últimos días, cuando el joven la acompañaba en sus paseos. Ella podía abandonar á Torrebianca, que era un náufrago incapaz de salir á la orilla, é irse con Watson por el mundo. Un hombre enérgico y algo inocente como este joven, aconsejado por una mujer experta, podía acabar triunfando en cualquier país.

Adulaba a Glocester y le animaba a luchar por la justa causa de sus derechos. Glocester, halagado, y con color de remolacha, dijo al oído del confidente: ¿Será libre elección de esa señora?

Como lleva la capa cerrada y él va tan encogido, mirando casi asustado a un lado y a otro, parece que va a realizar algo importante. Es, efectivamente, algo importante. Perdone usted ha dicho el viejo ; usted es crítico... Azorín ha sonreído con benevolencia; se sentía halagado por las palabras de este desconocido.

Después el cura le hablaba de Jesús, que, con ser Hijo de Dios, se había visto en situación semejante a la suya, y esta comparación entusiasmaba al pobre diablo. ¡Cuánto honor!... Pero aunque halagado por tal semejanza, deseaba que se realizase lo más tarde posible. Llegó el día en que estalló sobre él como un trueno la terrible noticia. Lo de Madrid había terminado.

Halagado Delaberge por la confianza que le mostraba, la encontraba cada vez más encantadora. De pronto se paró ella exclamando: ¡Estoy cierta, señor, de que mi charla le molesta un poco! Se engaña usted, señora repuso Delaberge con viva entonación.

Hacía preguntas al capataz sobre el cultivo de las viñas, alabando el aspecto de las de Dupont, y el señor Fermín, halagado en su orgullo de cultivador, se decía que aquellos jesuitas no eran tan despreciables como los consideraba su amigo don Fernando. Oiga su mercé, padre: Marchamalo no hay más que uno; esto es la flor del campo de Jerez.

Y los vecinos de las Claverías sentían halagado su orgullo de parias cuando veían al príncipe eclesiástico arrastrar su sotana de vivos rojos por los andenes de piedra para sentarse en el cenador y charlar más de una hora con la vieja, mientras los familiares permanecían respetuosamente de pie en la puerta de la verja. A Tomasa no le enorgullecía este honor.

Un riquísimo plebeyo será indudablemente muy halagado al depositar a los pies de la divina Petra un número incalculable de billetes de banco... Esperan a ese novio ideal y le aceptan de antemano con una condescendencia muy divertida. Muchas veces nos reímos entre nosotras de los sueños dorados de Petra, pero sin permitirnos discutirlos. Los dogmas de fe no se discuten.

Antoñuelo, lejos de la fascinación y del encanto que casi milagrosamente le habían conservado como ser racional, se convertía en un estúpido y en un perdido. A pesar de la ineficacia, por falta de duración, de su poder purificante sobre el alma de Antoñuelo, Juanita le quería, se interesaba por él y sentía halagado su orgullo al dominarle, aunque fuera momentáneamente.

Por otra parte, ha pisado más tiempo la tierra, el sol ha herido más tiempo su pupila, las melodías de la naturaleza han halagado más su oído; en una palabra, ha existido más, y ama más la existencia, como á medida que más amamos, más nos acostumbramos á amar lo que sentimos, y nos apasionamos más de este sentimiento, porque la pasion no es otra cosa que un afecto elevado á costumbre.