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Y téngase en cuenta no sólo que cada barra de plata se valorizaba en dos mil duros, sino que el viaje del Callao a Cádiz no era realizable en menos de seis meses. La tentación era poderosa, y el conde de Lemos vaciló. Pero los jesuítas le hicieron presente que mejor partido sacaría ejecutando a Salcedo y confiscándole sus bienes.

¡Bah! gazmoñillas pronunció Miranda, que en confianza y reserva se permitía su poco de irreligiosidad . Tráenlas los jesuitas embobadas con cofradías y novenas, y andan comiéndose los santos.... Sociedad, poca; cada uno en su casa y Dios en la de todos. No deja, por otra parte, de convenirme, puesto que he menester descanso y método....

Si ellas asisten, las demás, las de reata, vendrán de fijo, malgré todos los jesuitas y padres descalzos del mundo. ¡Magnífico! ¡Magnífico! Pues nada, a trabajar, a trabajar. Cada cual ofreció traer a quien pudiera. Don Víctor, a quien otra pulla de Foja había picado mucho, no pudo menos de decir: Yo, señores... respondo de traer a mi mujer. Esa no baila pero hace bulto.

La nacion de los Itenes aun permanece en el estado salvage, ocupando el mismo territorio que ántes de la entrada de los Jesuitas, á cuyo celo religioso jamas quisieron someterse, y ménos todavía al yugo de los Españoles, prefiriendo verse mas bien diezmados; por manera que son hoy en dia lo mismo que eran en tiempos anteriores al descubrimiento.

Habíase educado en un colegio de jesuitas, permaneciendo allí hasta los diez y ocho años, casi los que ahora representaba, aunque hubiese cumplido los veintitrés. Sus maestros le habían inculcado tan profundamente el sentimiento religioso, que apenas vivía más que para darle desahogo.

Pudiera dilatarme mucho más en ponderar las fatigas gloriosas de los Jesuitas: pero acabo, por no ser cansado, diciendo: que no habiendo hallado en este libro cosa que se oponga á las regalías de S. M. ni á nuestra Santa fe católica, ni á las buenas costumbres, juzgo que se debe dar al autor la licencia que pide.

¡Bah! ¡Los jesuítas! ¡Ya salió tu tema!... Efectivamente, son gente antipática; ya sabes que les tengo mala voluntad.

Tamontaca, sobre el otro brazo del Pulangui, pequeño pueblo formado al abrigo del convento que los jesuitas tienen establecido en aquel punto. Hacia el interior y en las márgenes del río Grande, existen algunos puntos militares que ya dejamos señalados al tratar de este río. Ganadería.

No quiero seguir ponderando aquí y recapitulando todo lo que en alabanza de los jesuítas puede decirse y se ha dicho hasta la extinción de la Orden en el siglo pasado.

Trabajaron en los llamados «hierbales» donde se cosecha el mate, del país puesto de moda por los jesuítas en otros tiempos, cuando gobernaban la República teocrática de las Misiones, fundada por ellos entre el Brasil, el Paraguay y la Argentina. Deseosos de volver á su patria, los dos interrumpieron su trabajo repetidas veces para tomar parte en las intentonas revolucionarias del partido.