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Mil duendecillos, de figuras repugnantes, manos de araña, vientre hinchado, boca encendida, de doble hilera de dientes, ojos redondos y libidinosos, giran constantemente alrededor de portero dormido, y le echan en los oídos jugo de adormideras, y se lo dan a respirar, y se lo untan en las sienes, y con pinceles muy delicados le humedecen las palmas de las manos, y se les encuclillan sobre las piernas, y se sientan sobre el respaldo del sillón, mirando hostilmente a todos lados, para que nadie se acerque a despertar al portero: ¡mucho suele dormir la grandeza en el alma humana!

En ciertos sitios escarcha todas las noches; en otros hace calor. Arriba, el viento seca y orea la tierra; abajo, la humedecen constantes rocíos..... Pero la especialidad, la maravilla de este valle es la leche. Que tengas tisis ó tengas asma; que Madrid te haya secado la médula de los huesos, ó debas al estudio ó á la disipación una gran frialdad de estómago....., ¡nada te importe!

No te rías, Lucía; pero es la verdad. ¿ has leído unos versos de Longfellow que se llaman «Excelsior»? Un joven, en una tempestad de nieve, sube por un puerto pobre, montaña arriba, con una bandera en la mano que dice: «Excelsior». No te sonrías: yo que sabes latín: «¡Más alto!». Un anciano le dice que no vaya adelante, que el torrente ruge abajo y la tempestad ¡se viene encima: «¡Más alto!». Una joven linda, ¡no tan linda como !, le dice: «Descansa la cabeza fatigada en mi seno». Y al joven se le humedecen los ojos azules, pero aparta de a la enamorada y le dice: «¡Más alto!».

JUDÍAS ENCARNADAS ESTOFADAS. Se cuecen con tocino, jamón y cebolla; cuando están bien cocidas se les echa un poco de manteca y de harina, perejil picado, sal y pimienta; se saltean y se humedecen con un poco de vino tinto, dejándolas cocer lo menos media hora, meneándolas a menudo. Se sirven con el jamón partido a pedacitos.

París es un buque en peligro, y sus pasajeros olvidan las preocupaciones y rencillas de los días de calma, para buscarse fraternalmente. Sigo su conversación fingiéndome distraído. La madre es pesimista. ¡Maldita guerra! Parece que las cosas marchan mal. Le van á matar al hijo; casi está segura de ello; y sus ojos se humedecen con una desesperación prematura.

Esta senda sin sombra ni hierba, hace desear la fresca y sombreada bóveda del bosque que se ve mecido por la brisa en la ladera de la montaña, al extremo del campo árido. Bastante fatigado se llega a los primeros álamos y alisos de la plantación, cuyas raíces humedecen constantemente las filtraciones y los regueros de la colina.

Me duele el corazón cuando lo recuerdo; se me humedecen los ojos al apuntarlo aquí: mi tía Carmen se negó a medicinarse para que no me faltase nada. Con el dinero de la casita hubo para algunos meses. Saldaron un gran adeudo de contribuciones, me proveyeron de ropa, y me adelantaron el importe de mis gastos dos o tres meses. Entonces vino Angelina a nuestra casa. La infeliz había quedado huérfana.

Baco la ofrenda cántaros de vino, e implora Pan, cabe sus pies de Flora, loco de amor celeste y peregrino. Para son todas mis ternezas cálidas, y mis rosas pálidas, y mis reales odas. Para mi aliento y también mis rezos, la miel de mis besos y mi pensamiento. Para mis cantos que humedecen llantos de acerbo dolor. Para la esencia de esta mi existencia que atrista el amor.

Mas ; los elementos obedecen sólo una ley, y ante ella, cual el suelo, los infinitos mundos se estremecen. Mintió quien en tu sér forjó su anhelo... Mas... ¿por qué mis pestañas se humedecen al levantar los ojos hácia el cielo? A mi ruego tenaz por fin rendida, ella, oculta en la sombra, me esperaba, y yo, de orgullo y gozo el alma henchida, buscándola, en la sombra caminaba.

El principio y fin de su nombre es el Alef . Su tribu es de reyes del Yemen ; cuando te mira y no la ves, sus ojos se humedecen y vacilan como las aguas del Piélago heridas del sol. "El cielo te conserve, joven hermoso, y goza de más dicha que Betmendí . Guarda secreto como la naturaleza sus arcanos y el mar sus profundos abismos. Adiós, adiós; piensa que no es frívolo todo lo que parece tal.