United States or Sudan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Comprendió entonces el alucinado capellán lo que ocurría, con no poca vergüenza y confusión suya.... Por la pared trepaba aceleradamente, deseando huir de la luz, una araña de desmesurado grandor, un monstruoso vientre columpiado en ocho velludos zancos.

Me ha traído una magnífica araña para mi sala de Mâcón, y bastante dinero, pues ha comprendido que andaba yo algo escasa por mis muchos gastos y recelos de mortificar a mi pobre marido. Estoy muy contenta por que mis hijos quieren pasar el invierno en Mâcón en compañía nuestra; ahora se encuentran en Saint-Point.

La laguna es transparente, casi sin ondas, y el agua, saliendo por un arco de algunas pulgadas de altura, se extiende sin temor. Inclinado sobre el agua que centellea por los rayos del sol, medito mirando la sombra por donde sale, y envidio la pequeña araña acuática que corre patinando sobre la superficie líquida y va á refugiarse en un agujero de la roca.

En el salón amarillo, donde se había bailado después de volver a Vetusta, mediante algunos tertulios de refresco, se apagaban solas las velas de esperma, en los candelabros, corriéndose por culpa del viento que dejaba pasar un balcón abierto. Los criados no habían apagado más que la araña de cristal.

La infamia es infamia siempre, y despierta en nuestro espíritu un sentimiento de repugnancia. La araña y el milano no saben que hacen el mal, pero su esposa lo sabe. ¿Y qué importa? Dote usted a la bestia con la conciencia de sus actos y habrá usted formado al hombre. La conciencia no es más que una antorcha. Los crímenes lo mismo pueden ejecutarse en las tinieblas que a la luz.

Hijos de Sevilla, ilustres en santidad, letras, armas, artes ó dignidad; por D. Fermín Arana de Varflora. Sevilla, 1791. Diego de Colmenares, Historia de Segovia, capítulo 41, pág. 516. Cartas de Antonio Pérez; París, 1624, pág. 151. Segundas cartas; pliego 186. Herrera en su Historia general del mundo, lib. VII, cap. 12, y Cabrera en su Historia de Felipe II; lib.

En todas partes parecía hermoso, dominaba a todos con su arrogante figura; allí, en el baile, debajo de aquella araña de cristal, que casi tocaba con la cabeza, era más elegante, más bizarro, más airoso que en cualquier otro sitio.

Tengo que estar tendido boca arriba sin movimiento, y el Sr. Rodríguez Araña, secretario del Ayuntamiento, me hace el favor de escribir lo que dicto, puesto el pensamiento en ti y en tu hermano, a quienes supongo ya en pacífica posesión del marquesado. »Por tu última carta veo que esperabas aviso de la señora marquesa de Aransis.

Quitó el codo de la mesa y apoyó en ella los dos brazos cruzando las manos, entre cuyos dedos oprimía el cigarro, cargado con una pulgada de ceniza; inclinó un poco la cabeza, con cierto misticismo báquico, y con los ojos levantados a la luz de la araña, con palabra suave, tibia, lenta, comenzó la confesión que oían sus amigos con silencio de iglesia.

Mientras la dueña de casa se toma la cabeza entre las manos, éste ha abierto el piano, aquéllos han apartado la mesa del centro, uno, trepado en una silla, se ocupa de encender las velas de la araña superior, bien pronto suena un vals, la animación cunde, y cuando el dueño de casa vuelve de su partida de tresillo en lo de Silva o el Jockey, se le sale al encuentro agradeciéndole la amable fiesta que ha dado sin saberlo.