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A que se agrega que, si sólo el que se nombra cura es el obligado a cumplir las cargas del curato, y el compañero a lo que el cura le encargare, la certificación de éste debía darla el cura, y la del cura el cabildo, según resulta la asistencia que lograba el pueblo; pero no es así, porque a cada religioso separadamente se le da su certificación, sin que el cura pueda quitar ni poner en la que dan a su compañero.

Estas cruces bárbaras, con estrellas y corazones grabados en negro, dan un carácter sombrío y trágico a las aldeas vascas. En el vértice del cerro donde se asienta Zaro, en medio de una plazoleta, estrecha y larga, se yergue un inmenso nogal copudo, con el grueso tronco rodeado por un banco de piedra.

El labio superior, demasiado largo y colgante, parece haber crecido y ablandádose recientemente, y no cesa de agitarse con nerviosos temblores, que dan a su boca cierta semejanza con el hocico gracioso del conejo royendo berzas. Es pálido su rostro, la piel papirácea, las piernas flacas, la estatura corta, ligeramente corva la espalda.

Al cacique, no solamente dan esta preeminencia, sino que le rinden entera obediencia y vasallaje; fabrícanle sus casas, cultívanle los campos y le mantienen abundante mesa de todo lo bueno y mejor del país. El sólo manda y castiga con gran rigor á los reos quebrándoles los huesos con horrendos bastonazos.

Encarecidísimas son las alabanzas que, ya al rey D. Fernando, ya á la reina doña Isabel, dan los más egregios escritores y pensadores de su tiempo.

Menciónense los puertos de Chile que dan acceso a Bolivia. 3. ¿Cómo es posible trasladarse de La Paz a Rio de Janeiro? 4. ¿Cómo se viaja de La Paz a Buenos Aires? Descríbase la posición del lago Titicaca. 6. ¿Por qué motivo es especialmente notable este lago? 7. ¿Cuáles son las dos razones que hacen de La Paz la ciudad más importante de Bolivia? 8. ¿Cuál es la montaña que se eleva sobre La Paz?

El célibe ignora o comprende muy difícilmente esa fusión de las almas, esa expansión de los corazones del padre hacia el hijo; esos sacrificios, esas tiernas solicitudes, que dan precio y verdadero interés a la existencia de los humanos...

Al otro día juntó el Ayuntamiento, lo hicieron general, y empezó un pueblo a nacer. El fabricó lanzas y granadas de mano. El dijo discursos que dan calor y echan chispas, como decía un caporal de las haciendas. El declaró libres a los negros. El les devolvió sus tierras a los indios. El publicó un periódico que llamó El Despertador Americano. Ganó y perdió batallas.

Fenómenos semejantes se presentan en las encías, que sangran con facilidad, así como tambien los alvéolos y dientes cariados, en los que los dolores de los mismos se aumentan despues de comer, por el agua fria y por la tarde; vesículas sobre la lengua é incomodidad en la garganta; irritacion del ano con secrecion mucosa, hemorróides, escoriaciones que dan una sangre negruzca y que son el punto de dolores quemantes; espulsion de gases que arrastran á veces mucosidades en su salida; ciertas hinchazones rojas y calientes, principalmente en los dedos, proceden de la estancacion de sangre en los capilares y recuerdan los sabañones.

No fué poco triunfo para Arias Montano que se hubiese dejado correr sin notas ni censuras la nueva poliglota; i atendidos los usos i estilos de la Inquisicion deberia mirarse como un raro portento que no hubiese comenzado esta causa por prender i encarcelar al insigne doctor que dirigió la obra, si no supiésemos que como en la poliglota se habian gastado tan grandes caudales, i su magnificencia i belleza la habian hecho famosisima en Europa; i como por otra parte llevaba el nombre del rei que habia mandado publicarla á sus espensas, Felipe II por su conveniencia i propia reputacion estaba precisado á no consentir en que fuese declarada la obra por mala, porque esto resultaria en menoscabo de su buen nombre; i así dispuso que la Biblia pasase á censura del padre Mariana, quien la dió favorable á Montano, no obstante que los jesuitas sus compañeros porfiaban en que le fuese adversa, ofendidos con lo mucho i mal que hablaba i escribia contra ellos el célebre Benito Arias Montano; de que dan testimonio los documentos rarisimos que publico por apéndice á esta historia para desengaño de los fanáticos que no creen en el artificio i maldad de los jesuitas.