United States or Georgia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Reía con alegría de niña educada aristocráticamente, al enterarse de las vulgares diversiones de aquellos ricos de la víspera, que, no hacían más que seguirlas huellas de su padre. Todos escuchaban al doctor, el cual, con suave ironía, describió los banquetes pantagruélicos de las minas, con sus lluvias de Cordón Rouge.

En la bahía, por efecto del abrupto cordón que la circundaba, había ya poca luz; el sol se había hundido tiempo hacía por detrás de los montes, y allá en el cielo veíase el semicírculo de la luna, fino, azulado y puntiagudo: el Héspero hacía guiños a su lado antes de ocultarse.

Tenía ya el pie en la primera grada de la escalera del sollado, cuando el gitano, que se había hundido en el diván, le gritó: Blasillo, bebamos, hijo mío, y hablemos de la monja y del escalo del convento de Santa Magdalena. ¡Beber... hablar!... ¿en este momento? preguntó Blasillo, confundido, abandonando el cordón de seda rojo que iba a servirle para subir la escalera.

Una mujer, una mujer sola, débil, desconocida, pobre, descalza, con un cordon á la cintura, con los cabellos sueltos por la espalda, con los ojos inflamados, con la mano derecha suspendida, mostrando una medalla de cobre, recorria las calles de Paris, apostrofando á unos, consolando á otros, exhortando y animando á todos. ¡No temais, no temais! El cielo vela por la ciudad.

»Estas y otras exclamaciones semejantes se repetían en el salón por veinte personas a la vez, sin que yo perdiera una sola palabra. »Poco después llegó mi tío; acababa de vestirse con su gran uniforme y el gran cordón de la Orden de Calatrava, e invitó a sus convidados a pasar al comedor.

Se tomó el pulso, se miró las manos; no veía bien los dedos, el pulso latía con violencia, en los párpados le estallaban estrellitas, como chispas de fuegos artificiales, , , estaba mala, iba a darle el ataque; había que llamar; cogió el cordón de la campanilla, llamó. Pasaron dos minutos. ¿No oían?... Nada. Volvió a empuñar el cordón... llamó. Oyó pasos precipitados.

Y ¡cosa rara!, ella no sentía celos; sentía un orgullo raro, pero muy grande, así como si a su marido le hubieran mandado un gran cordón azul o verde del emperador de la China; o como si Bonis fuese hermano suyo y se hubiera casado con una princesa rusa... no, no era así; era otra cosa... muy especial.

Al dar las doce, se oyeron pasos en la calleja, apareció un bulto, y se detuvo debajo de la reja donde estaba asomada la duquesa. Esta, temblando, dejó caer la carta. El bulto la recogió, y la dijo con voz desfigurada: Mañana te contestaré, adorada mía; á las doce echa un cordón donde yo pueda poner mi carta. Y cuando la duquesa, atropellando por todo, iba á contestar, el bulto desapareció.

12 Y si alguno prevaleciere contra uno, dos estarán contra él; y cordón de tres dobleces no presto se rompe. 13 Mejor es el niño pobre y sabio, que el rey viejo y loco que no puede ser avisado. 14 Porque de la cárcel salió para reinar; aunque en su reino nació pobre. 16 No tiene fin todo el pueblo que fue antes de ellos; tampoco los que vendrán después estarán con él contentos.

Sacó, por último, un precioso guardapelo, y si mucho había besado cordón y liga, más le besó y más le acarició aún, diciendo con acento tristísimo, que partía los corazones y hasta las peñas: ¡Ay guardapelo de mi señora! ¡Quién la viera ahora! A poco el Príncipe y los dos familiares se retiraron a sus alcobas, y la lavanderilla no se atrevió a seguirlos.