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7 Lo demás de los hechos de Jotam, y todas sus guerras, y sus caminos, he aquí está escrito en el libro de los reyes de Israel y de Judá. 8 Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y dieciséis años reinó en Jerusalén. 9 Y durmió Jotam con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David; y reinó en su lugar Acaz su hijo.

¿Qué quiere el leñador? respondió otra voz terrible. Para , nada: ¿qué he de querer para ? Pero la reina, mi mujer, quiere que le diga a la señora maga su último deseo: el último, señora maga. ¿Qué quiere ahora la mujer del leñador? Loppi, espantado, cayó de rodillas. ¡Perdón, señora, perdón! ¡Quiere reinar en el cielo, y ser dueña del mundo!

Cuando Paz se hizo cargo de que, aun ignorando la causa, el pesar de su novio la entristecía; cuando, sin poder aquilatarlo, sintió como propio un dolor ajeno, entonces advirtió que en su corazón comenzaba a reinar una voluntad distinta de la suya, y que aquel hombre, sólo con lealtad y buena fe, iba apoderándose de su albedrío lenta, pero seguramente, como río caudaloso que profundiza el cauce en que se sustenta.

24 Y conspiraron contra él sus siervos, y lo mataron en su casa. 25 Mas el pueblo de la tierra hirió a todos los que habían conspirado contra el rey Amón; y el pueblo de la tierra puso por rey en su lugar a Josías su hijo. 1 De ocho años era Josías cuando comenzó a reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén.

Porque la mujer del squire había muerto hacía tiempo, y la Casa Koja se veía privada de la esposa y de la madre, cuya presencia es la fuente saludable del amor y del temor que deben reinar en la familia y entre los servidores.

He aquí lo que mis ojos han leído: «UN CHUSCO: Anoche, en el teatro Español, un chusco trató de dar una broma a nuestro distinguido compañero en la prensa don Antonio Azorín. Representábase el segundo acto de Reinar después de morir, cuando de una de las butacas, situadas junto a la que ocupaba el señor Azorín, se levantó un sujeto y le abrazó, lanzando fuertes exclamaciones.

Pues Joaquín nos estaba contando el cuento de más chispa que... ¡Melín es un animal! interrumpió una voz seca. Un cuadrúpedo añadió otro, en tono sepulcral. Y el silencio volvió a reinar después de estas declaraciones. El viejo miró rápidamente en torno al grupo. Luego, su cara se transformó poco a poco.

Salvos ciertos resabios de estirpe, cualquier color, y aun forma de gobierno, le eran indiferentes; porque, después de todo, para él no presentaba la historia más que un rey digno de haberlo sido: don Fabila; y mientras el tiempo o las circunstancias no trajeran a reinar otro idéntico, y capaz, no sólo de luchar con el oso, sino de vencerle, no pensaba afiliarse en ningún bando.

25 Y Nadab, hijo de Jeroboam, comenzó a reinar sobre Israel en el segundo año de Asa rey de Judá; y reinó sobre Israel dos años. 26 E hizo lo malo ante los ojos del SE

No tardó en salir a la carretera. La luna brillaba en lo alto del firmamento. De vez en cuando, grandes nubes espesas, flotantes tapaban su disco, pero al instante volvía a lucir. En las regiones superiores de la atmósfera soplaba un viento huracanado. Abajo parecían reinar el silencio y la paz. Josefina no salía de su desmayo. El conde le limpiaba con su pañuelo la sangre.