United States or Marshall Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Varios de ellos, testarudos, como todos los borrachos, se resistían a embarcarse, tratando de acercarse a los barriles para beber un último sorbo. Los cuatro holandeses iban ya a traer a las chalupas a los demás chinos, cuando los salvajes, que desembocaban ya por las dos gargantas, entraron en el campamento con ímpetu irresistible.

María besó a su madre en la frente, y poco a poco, procurando no ser notada, salió del salón por la puerta del comedor. Se detuvo en él a beber un vaso de agua azucarada y quedó un instante inmóvil con la mirada puesta en el vacío. La sombra de tristeza había obscurecido mucho más su semblante. Salió del comedor y atravesó un largo pasillo bastante obscuro.

Después, y sucesivamente, fué pasando por los estados de rematante de la carne, de los artículos de beber y arder, de tratante en paños y bayetas, recaudador de contribuciones, síndico del ayuntamiento, administrador de correos, alcalde y no recordamos si algún otro cargo más.

Y, diciendo esto, se la puso en las manos a Sancho, el cual, empinándola, puesta a la boca, estuvo mirando las estrellas un cuarto de hora, y, en acabando de beber, dejó caer la cabeza a un lado, y, dando un gran suspiro, dijo: ¡Oh hideputa bellaco, y cómo es católico! ¿Veis ahí -dijo el del Bosque, en oyendo el hideputa de Sancho-, cómo habéis alabado este vino llamándole hideputa?

A que respondimos todos unánimes, que estábamos aparejados á seguirle á donde quiera que fuese; no tuvimos aquel día otra agua que beber sino de un pantano de malísimo olor.

Sea lo que fuere, y ya que la cena que nos regalan viene, á cenar y á beber, á ver si comiendo y bebiendo se me aplaca el dolor del cintarazo dijo el otro soldado.

Maltrana, instintivamente, se abalanzó a la enferma, besándola repetidas veces, sin hacer caso de la extrañeza de Feli, que pugnaba por reunir sus recuerdos. La gitana, ayudada por su compañera, confeccionó en la cocina su famosa infusión, de la que hizo beber varias tazas a la enferma. Viendo tranquila a Feli, se fueron las dos viejas, recomendándola que no abandonase el lecho.

Mariano meditó un instante. Después dijo con resolución: «La de tener mucho dinero. ¿Y para qué quieres el dinero? Toma..., mia ésta... Pues para ser rico. Pero es preciso que seas algo. Rico... ¿Y en qué gastarías el dinero? En comer lomo, granadas, turrón y en beber buen vino. Tendré un caballo y me vestiré todo de seda. ¿No te gustaría militar y llegar a general?

Para sacarlo a beber lo llevaban siempre del diestro, y aun así el indómito bruto iba tirando saltos y coces, poniendo en conmoción a los transeúntes.

»Cuando volví en , cuando principié a recordar mis ideas, estaba acostada; me encontraba en un gran aposento apenas iluminado, y a la débil luz de una lámpara distinguí dos hombres: uno de ellos, de pie, levantaba mi cabeza y procuraba hacerme beber un líquido que no sabía lo que era; el otro estaba arrodillado al pie de mi cama y oraba.