United States or Philippines ? Vote for the TOP Country of the Week !


«No vengas con andróminas replicó la cacharrera . podrás tener buenas ideas; pero has dado el pasito, y ya no puedes volver atrás. ¡El pasito, hija! ¡Repuñales! De todo tiene la culpa ese hombre, ese hombre... Es un lameplatos. Siento que no esté aquí para despotricarme con él y decirle las del barquero... Total, chica, que yo no tengo un real partido por medio.

En el Nuevo Mundo sólo hay preocupaciones de raza para el negro, y como nadie se fija en los judíos, éstos pierde el rencor que inspira la persecución y acaban por confundirse con los demás... A propósito; también viene un barquero de París, un señor condecorado, de barbas rojas y largas, que usted habrá visto por las mañanas en el paseo con las piernas envueltas en una piel y estudiando mamotretos llenos de cifras.

Al cabo de unos instantes D.ª Faustina dió el alto. Considere el lector lo que entonces pasó por el corazón de D.ª Feliciana. Si no fuese porque Paco la miraba fijamente y sonriendo, es seguro que aquella noche D.ª Faustina hubiera oído las verdades del barquero. Otras cinco veces entraron de golpe las bolas de boj en la bolsa, y otras tantas salieron una á una y con pausa.

Flora gritaba y quería arrojarse igualmente, pero el barquero la retuvo. La corriente en aquel sitio, aunque viva, no era impetuosa. Nolo nadaba con todas sus fuerzas para alcanzar á su amada antes que llegase al sitio donde el río se precipitaba en torbellino semejante á una cascada.

El barquero fatal me hace ya señas: las potencias celestes me invitan a desprenderme de todo humano cuidado. He llegado al fin de mi carrera y puede usted creerme que los aplausos de los hombres no me embriagan, porque apetezco ya los de los ángeles. Si aquéllos me alegrasen podría morir tranquilo, porque no está en el poder de usted ni en el de ningún critico el arrebatármelos.

Luego vienen ángeles cantando, que traen cinco timones con cinco llagas para dirigir una barca; también aparece el barquero infernal con su navecilla; la muerte arrastra Papas, cardenales, arzobispos, emperadores y reyes, los cuales al fin, y á pesar de las protestas de Caron, son llevados por los ángeles al paraiso.

Pero no hubo remedio. El barquero en pie empujaba la barca por medio de la maroma tendida de una á otra orilla. Demetria clavó sus ojos grandes, límpidos, inocentes en Nolo y le dijo: ¿Qué tienes conmigo, Nolo? ¿Te he hecho algo malo? El mozo, turbado hasta lo indecible y sin osar mirarla á la cara, balbució: Nada me has hecho, Demetria... pero hay cosas... hay cosas...

De haber podido romper la cuerda que sujetaba la lancha se hubieran ido a la tierra del moro, porque Germán sabía el camino por el mar; ella hubiera buscado a su papá y él hubiera matado muchos moros; pero la cuerda era muy fuerte. No pudieron romperla y se acostaron para contarse cuentos de dormir. Lo mismo había referido Germán al barquero, pero no se creyó la historia.

Y te dije si querías embarcarte en la barca de Trébol, que el barquero había sido mi criado, y yo era de Colondres, que está al otro lado de la ría. Es verdad.

Era el barquero que veía su barca en un islote que dejaba el agua en medio de la ría al bajar la marea. El barquero los riñó mucho. A ella la condujo a Loreto un hijo de aquel hombre; pero en el camino los halló un criado del aya. Andaban buscándola por todo el mundo. Creían que se había caído al mar. Doña Camila estaba enferma del susto, en cama.