Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de junio de 2025
Su carta era la de una mujer que había tomado una resolución y estaba dispuesta a sostenerla, costara lo que costara. Temía enfrentarse conmigo, y por esa razón, no hay duda, ocultaría su resistencia. En casa de Cottus tenía a su nombre cuenta separada, así es que por falta de fondos no se vería obligada a revelar su actual paradero.
Callóse un momento, y a poco empezó de nuevo . ¡Bueno!... volviendo a nuestro casamiento, mi querido señor Fabrice, va usted a casarse con una persona de la que me veo obligada a hacer las mejores ausencias... Su conducta y comportamiento desde que está a mi lado han sido positivamente ejemplares, como habrá podido juzgar por usted mismo... Beatriz posee cualidades mil que yo aprecio infinito... y, a pesar de eso, si me hubiera usted hecho el honor de consultarme antes de ofrecerle su mano, quizás me habría visto obligada en conciencia a quitar a usted su idea de la cabeza.
En el Senado, la obligada declaración de «profundó sentimiento», tras un pomposo elogio de los méritos y virtudes del difunto, hecho por el presidente.
El recuerdo lejano y confuso de la alta sociedad madrileña, que doña Luz no había hecho sino entrever hacía más de doce años, la idea vaga de un medio más culto y más aristocrático, las formas y el ser soñados de damas y galanes, sus usos, discreteos, aventuras y amoríos, tales cuales ella los había fantaseado o columbrado, sin llegarlos a ver ni a gozar, obligada, en la aurora de su vida, a retirarse a un pueblo pequeño, todo acudió de súbito a la mente de doña Luz, al mirar a D. Jaime Pimentel, al notar la soltura y naturalidad de sus distinguidos modales, y al oír su acento y las pocas y atinadas palabras que le dirigió, las cuales ni pecaron de frías y secas, ni se extremaron por lo galantes, sino que se encerraron dentro de los límites de la más respetuosa discreción.
Oíd, pues: oíd, y ved á cuánto os obliga mi confianza. Vuestra majestad no puede obligar más, á quien está tan obligada, señor. No importa, oíd. Y el rey se puso á leer: «Sacra católica majestad: Los traidores que os rodean...» Dejó el rey de leer, levantó los ojos y miró á la duquesa, que estaba verdaderamente asustada. ¡Los traidores que me rodean! dijo el rey ¿qué decís á esto?
Sobre ser inconveniente, es de mal gusto y hasta cruel, lo que hice. Procedí como un necio y me pesa de ello: créalo usted. Lucía, levantando el rostro, le miraba. El resplandor de la lumbre doraba su cabello castaño, y teñía de rosa toda su carne: brillábanle los ojos, que alzaba, obligada por la postura.
El no tiene fortuna, es verdad, pero yo les tendría en mi casa. Estoy obligada a esconder a la familia de mi esposo la inclinación que siento por esta alianza, pero si yo hiciese, al parecer, cierta violencia, no podría llegar jamás a conseguir la unión de estas pobres criaturas.
Yo me he visto obligada á contenerme un poco, pues acabo de renovar mi mueblaje del salón; en alfombras y tapices he gastado como quince mil francos. Es demasiado lujo para un pobre rincón de provincia, me dirá usted, y es muy cierto... Pero toda la ciudad está muy humilde con nosotros, y á todos nos gusta ser respetados, ¿no es así, señora?
¡Qué contratiempo! mi hermana está indispuesta, un poco de jaqueca, no es nada; mañana estará bien; pero hoy no me atrevo a salir sola con vos. Allá, en América, me animaría; pero aquí no, ¿no es verdad? Seguramente respondió Juan. Me veo obligada a despediros, y lo siento mucho.
Y entonces, como en el parque, volvía a su mente la idea secreta, el deseo de la muerte, y pensaba entre sí que era más dichosa la difunta, acostada en su ataúd cubierto de flores, tranquila, sin ver ni oír las miserias de este pícaro mundo que rueda, y rueda, y con tanto rodar no trae nunca un día bueno ni una hora de dicha que ella viva, obligada a sentir, pensar y obrar.
Palabra del Dia
Otros Mirando