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Actualizado: 18 de septiembre de 2024
Pero su naturaleza era de carne mortal, y sus hijos pedazos de sus entrañas, y tenía que dolerle mucho allí cuando se las desgarraban fibra a fibra. Dios no pedía cuentas de estas tribulaciones a sus criaturas.
Reaparecía el exaltado, próximo al delirio al hablar de Dios y de la suerte de sus criaturas. Y pidiendo a Fermín que le compadeciese, lo hacía con tales gestos, que el joven temía que se arrodillara, con las manos juntas, como implorando su perdón. En ciertos momentos, Montenegro, a pesar de su tristeza, sentía deseos de reír por lo extraño de la situación.
Dios era no menos amable como Padre de las criaturas, como Director de la gran «fábrica de la inmensa arquitectura», que en la pura contemplación de su Idea. Además, pensaba Anita, fuera orgullo aspirar ahora a la visión de la Divinidad directamente; me faltan muchos pasos, muchas moradas. Ya llegaré si el Señor lo tiene así dispuesto.
Bajo la sotana del cura latieron por vez primera en el corazón del hombre los impulsos del mal. El ministro de Dios sufrió como las criaturas de barro, y su alma de pureza inmaculada, su mansedumbre, su bondad evangélica, fueron un punto derrocadas por la ira, el aborrecimiento y la venganza.
«Cesarina tiene dos años, y Susana nueve meses. Sin la ayuda de Dios, sería para mí bastante difícil la educación de estas cuatro niñas. «En mi casa tengo, además, una parienta, enferma de cuerpo y espíritu, a quien he de cuidar con la misma solicitud que a mis hijos: por manera que son seis criaturas las que tengo que atender. ¡Cuánto necesito, Dios mío, de vuestro auxilio!
Esto sólo daba por resultado mayor despego en las criaturas mezclado de miedo. En cuanto a Gonzalo, tenía en Cecilia una hermana y una madre atenta siempre a evitarle disgustos, a separarle los abrojos del camino. En ella descansaba, a ella acudía como un niño grande y mimoso, impacientándose cuando no cumplía al instante sus deseos, molestándola más de la cuenta.
Si a primera vista se podía sospechar que el tal gimoteaba por la molestia de llevar tanta cosa sobre sí, alas, flores, cintajos, y plumas, amén de un relojito de arena, bien pronto se caía en la cuenta de que el motivo de su duelo era la triste memoria de las virginales criaturas encerradas dentro del sarcófago.
Entonces todos los apetitos obedecían á la razon, y esta al soberano orden que habia establecido el Criador entre las criaturas racionales. Despues del pecado empezaron á dominar la ignorancia, la malicia, y la concupiscencia.
Las gentes del campo se admiran cuando ven que comparten con ellos los sufrimientos personas que por su posición ellos creen de naturaleza diferente. Ya era de noche cuando acompañamos a la joven hasta su casa. En la puerta estaban sus hermanitos, que al verla le preguntaban si su padre volvería más tarde. ¡Inocentes criaturas!...
Luego este órden de todas las criaturas á Dios como á ultimo fin, es una condicion inseparable de las mismas; condicion vista por Dios desde toda la eternidad, en todos los mundos posibles.
Palabra del Dia
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