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Actualizado: 23 de mayo de 2025
Antes venía con frecuencia al castillo y más de una vez oyó las crueles injurias que mi madre me infería y nunca noté en su rostro la menor señal de compasión. Elena, Elena, eres injusta sin saberlo. Esa mujer daría su sangre por verte dichosa. Un día te explicarás este enigma... Ahora, cállate; ahí viene el jardinero y podría oírnos.
La declaración que yo debía darte está en su bolsillo; allí la encontrarán... Yo no me atreví á cogerla... Está caído en el suelo en el salón de la casa de Tavistock-Street, con los ojos terriblemente abiertos y la boca todavía amenazadora... ¿Le has matado? ¡Cállate, desgraciado! No se debe saber eso hasta mañana. Es preciso que yo esté libre hasta el fin del espectáculo.
¡Cállate, «cuyano» del demonio! le gritaban los compañeros de alojamiento . Ya estás hablando otra vez de la difunta y de la plata.... ¿Es que mataste alguna mujer allá en tu tierra, antes de venirte aquí? Al día siguiente, Rosalindo estaba tan preocupado que no acudió al trabajo. Algo pasa que yo no sé se decía . ¿Habrán matado a ño Juanito, lo mismo que mataron al otro?...
Ya le faltaba poco a Frasquito para estallar en ira, y de fijo le hubiera tirado a la cabeza el plato, el vaso de vino y hasta la mesa, si Polidura no tratara de atenuar la maleante burla con estas palabras conciliadoras: «Cállate, tonto, que el Sr. de Ponte no ha entrado en Villavieja, y lleva sus añitos mejor que nosotros.
No dudes que conviene lo que hago. Cállate, por Dios. Ten paciencia. Mira y observa sin hablar. Cállate. Oigo ruido. Nuestro hombre ha entrado en casa. Ya sube por la escalera. ¡Chitón! Si él sospecha que hay alguien aquí, darás un escándalo y harás una tontería. Doña Inés se resignó y se calló. Pocos segundos después entró don Andrés Rubio en la sala.
Pues qué, ¿no soy buen cristiano? Lo eres. Es una de las partes que más aprecio en tí. Por eso confío en que pienses que voy á ser esposa de otro y no desees nada. Sólo el deseo es ya pecado. Acuérdate de los mandamientos. Oye, ¿y está en mi poder no desear? Sí. Cállate; no digas nada á nadie, ni á tí mismo, cuando desees, y el silencio matará el deseo. Me matará á mí antes.
¡Juan...! ¡Cállate por Dios...! ¡Me matas...! Doña Manuela gritó horrorizada, cubriéndose el rostro con las manos. La sospecha que tanto la molestaba reaparecía en boca de su hermano. Y tan grande era su turbación, que hasta le pareció más ruidoso aquel estertor de agonía, como si el moribundo contestase afirmativamente con su fatigoso ronquido.
¡Tregua, Tristán! exclamó Roger apresuradamente. Me voy, antes que ser ocasión de una lucha. Cállate, muchacho, le contestó su amigo, arremangándose y mostrando los hercúleos brazos. Mal año para mí si esta gentuza no ha dado con la horma de su zapato. Hazte á un lado y verás cómo les arde el pelo.... ¡Acercaos, mandrias! ¡Venid á trabar conocimiento con los puños de Tristán de Horla, bellacos!
Vamos, cállate ya. ¡Qué pesadísimo te pone el vino! Velázquez, que estaba hablando con Frasquito, oyó la disputa de los esposos y dijo: Tiene razón Pepe. Soledad está obligada á dar gusto á la reunión, y aunque le cueste trabajo lo hará... Y añadió alzando la voz: Soledad, hija mía, haz el favor de venir un momento. La tabernera apareció en seguida. Estos señores desean que bailes un poquito.
Los otros niños se le llevaron para jugar, no sin que antes le hiciera Jacinta muchas carantoñas, por lo cual dijo Benigna que no debía darle tan fuerte. «Cállate tú... Digo que no le abandono. Me le llevaré a casa». ¿Estás loca? insinuó el Delfín con severidad. No, que estoy bien cuerda.
Palabra del Dia
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