United States or Suriname ? Vote for the TOP Country of the Week !


Algo nos inclinamos a creer lo último cuando observamos que los más de éstos os dicen si los habéis conocido: ¡Chitón! ¡Por Dios! no digáis nada a nadie. Seguidlos, y os convenceréis de que no tienen motivos ni para descubrirse ni para taparse. Andan, sudan, gastan, salen quebrantados del baile... nunca, empero, se les olvida salir los últimos, decir al despedirse: ¿Mañana es el baile en Solís?

Me alegro; es preciso que salgas de aquí. Comprendo lo que ha pasado; todo lo ; en la botica me lo dijeron todo. Yo hablaré con Castro y le diré cuántas son cinco. Nada de eso me ha causado extrañeza; me lo esperaba yo. Por eso te recomendé que no dijeras nada, y te dije: «¡ChitónAsí es Castro Pérez.

¡Qué mal hombre es usted! exclamo Gregoria . Y su pobre padre y toda la familia llorando su ausencia, y muertos de pena sin poder traer al buen camino a este calaverilla que durante quince años y desde aquella famosa aventura... Pero chitón añadió, volviendo la cara hacia : me parece que el chico se ha despertado y nos está oyendo.

Al contrario repuse yo : te sentaba admirablemente, estabas guapísima. ¡Chitón! Déjame concluir. Después que me vi en la vidriera me animé un poquirritillo. Fui otra vez a la capilla y allí me abrazaron todas mis amigas. ¡Ay hijo, entonces comencé a soltar lágrimas a chorro! ¡Me dio una perrera, que pensé liquidarme! Pero, como era una chiquilla, pasó al instante de la tristeza a la alegría.

«¡Chitón! ¡silenciogritaban desde dentro los del tresillo; y don Pompeyo bajaba la voz, y el corro se alejaba de los tresillistas, lleno de respeto, obedientes todos, convencidos de que aquello del juego era cosa mucho más seria que las teologías de don Pompeyo, más práctica, más respetable.

Ni por pienso. De los dos personajes principales, el uno murió ya hace año y medio, y el otro salió de París hace dos semanas; y yo les creo a ustedes sobrado atareados y olvidadizos para conocer a un muerto y a un ausente, por mucha semejanza que exista en los retratos. Dista mucho de ser ése el motivo que me ha impulsado a ocultar los nombres de ellos. ¿Pues cuál es? ¡Chitón!

Pues no escapará, ni su padre tampoco. Lo mismo digo yo exclamó Aldama, que estaba muy pesaroso porque el amo del café no le había querido fiar una botella de Málaga. Chitón, que viene alguien. ¿Quién es? ¡Ah! Lázaro Lázaro entró y saludó á su amigo. Buenas noches, buena pieza le dijo el Doctrino.

Jamás había oído herejías tan enormes.... Dile que lo olvido todo porque le conocí de pequeño, porque recuerdo que fue la gloria de nuestro Seminario, y especialmente porque está enfermo y sería inhumano hacerle salir de la catedral. Pero que no se repita el escándalo. ¡Chitón! Que se guarde todas esas monstruosidades en la cabeza, si es que tiene gusto en perder su alma.

El anciano levantó la cara para verla, y continuó: ¡ Nada más que allí no se estilan vestiditos blancos, ni velos, ni coronas de azahares. Angelina hizo un mohín. ¿Me quiere usted tener contenta? Pues no le diga usted a su «muñeca» todas esas cosas.... ¡Vaya, vaya! ¿Enojadita estás? Pues, ¡chitón por ahora!

Y aunque así no fuera, estás obligado a no perder la oportunidad.... ¡Adiós, muchacho! Tengo por ahí un enfermo de suma gravedad, un ranchero, que va que vuela para el otro mundo. Tendióme la mano, y agregó: Nada digas a Castro Pérez de eso del empleo en Santa Clara. ¿Eh? Ya estás advertido. ¡Chitón! No te apenes al ver a tu tía. ¡Eso no es nada!