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...yo diré mi glosa, de la cual no espero premio alguno, que sólo por ejercitar el ingenio la he hecho.

Doña Paca y yo la recomendaremos... Porque mi señora madre política ha puesto en toda su confianza, y me ha dado su dinero para que se lo guarde... y le gobierne la casa, y le suministre cuanto pueda necesitar. Mucho tiene que agradecer a Dios por haber caído en estas manos... Buenas manos son, señora Juliana. Vaya por casa, y le diré lo que tiene que hacer.

Mi fe que habláis como el Conde Lucanor, e que esa discreción me captiva. También vos diré que ora miro en vos perficiones que antes no reparé en ellas.

Entonces nos quedamos todos tiesos de espanto, porque vimos que el barco con que nos batíamos era el mismo San Hermenegildo. Eso que estuvo bueno dijo Doña Francisca mostrando algún interés en la narración . ¿Y cómo fueron tan burros que uno y otro...? Diré a usted: no tuvimos tiempo de andar con palabreo.

Pero sus canas no le dijeron nada. Al punto se envalentonó, y recobró la seguridad de su lenguaje, diciendo: « eres demasiado inexperta para conocer la importancia que tiene en el mundo la forma. ¿Sabes lo que es la forma, o mejor dicho, las formas? Pues no te diré que estas sean todo; pero hay casos en que son casi todo.

De los demás ingenios cuyas obras se leen en el libro de Juan Alfonso de Baena, judío converso, nada diré porque eran cristianos todos, i venian tambien de padres cristianos.

No diré que le odio, porque no odio a nadie, y si le odiase haría de usted excepción honrosa. Me es usted indiferente, pero me aburren y me atacan los nervios sus persecuciones. Váyase usted de Río y déjeme en paz.

Es una ley providencialPero a él ya no le convenía una chiquilla: necesitaba tranquilidad en casa; una mujer formal. «Fuera de casa, todo lo que quieras; yo no soy un santo, y aun después de casado, no diré que alguna vez no saque la pierna por debajo de la manta... Pero el hogar... el hogar, chico, es una cosa muy sagradaAnalizó después el carácter de Anita, un poco seco en ocasiones y hasta irritable; pero en el fondo cariñoso y expansivo como pocos; una mujer muy sensata, muy seria en todas sus cosas y de un corazón inmejorable.

Pues aunque supiera que mi mamá estaba en vela toda la noche... adiós... me voy a cenar y a rezar el rosario. Dentro de hora y media estaré allá... Tunante, diré a Presentación que te he visto. ¡Qué contenta se va a poner! Ahora mismo marcharé allá... ¿Está usted libre esta noche? Libre, y a la orden de usted. Será algo tarde cuando yo necesite de su auxilio. ¿Dónde nos encontraremos?

A lo cual dijo: "En acabando éste le diré el soneto treinta, en que la llamo estrella, que no parece sino que sabe los intentos de ellos."