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=A la muerte del rei don Enrique III en Toledo.= Decir de Juan Alfonso de Baena. El sol innocente con mucho quebranto Dejaba á la luna con sus dos estrellas: A muchos señores é dueñas, é doncellas, Por ser fallescido, los puso en espanto; Por ende, señores faciendo grant llanto En altos clamores le demos querellas A Dios é la Vírgen: lanzando centellas, Con grandes gemidos fagamos su planto.

Las comedias que contiene son las siguientes: La honestidad ofendida de Elisa Dido, Los triunfos de San Miguel, El rayo de Andalucía, Los desagravios de Cristo, El invisible príncipe del Baúl, Las muñecas de Marcela, El Señor de Noches-buenas, El amor cómo ha de ser, La tragedia del duque de Verganza. Hijos ilustres de Madrid, por Baena.

Este privilegio nos inclina á creer que acaso sirvió al mismo Enrique III, al cual debería la exención de todo pecho y tributo, más bien que al niño Don Juan II proclamado en 1406. Posible es que este juglar fuera uno de aquéllos á quienes se refiere el siguiente título que va á la cabeza de unas cantigas citadas en el Cancionero de Baena.

De los demás ingenios cuyas obras se leen en el libro de Juan Alfonso de Baena, judío converso, nada diré porque eran cristianos todos, i venian tambien de padres cristianos.

El mariscal de Castilla D. Diego Fernandez de Córdoba, señor de Baena, lo obtuvo, con la villa erigida en condado, del rey D. Enrique IV, y de su casa pasó á la de Sesa, y despues á la de Altamira, cuyo primogénito lleva el título de conde de Cabra.

En la biblioteca del duque de Osuna se conserva una comedia de Cepeda titulada El amigo el enemigo y á las veces lleva el hombre á su casa con quien llore, con la licencia para la representación del año de 1626, que parece ser de las últimas obras dramáticas de Joaquín Romero de Cepeda. Baena: Hijos ilustres de Madrid. Esta comedia, ya en vida del poeta, fué la más estimada de las suyas.

No se atrevió el Mariscal a seguirla: no quiso tampoco enterar a nadie de los términos poco amistosos con que aquella entrevista había terminado, y así, aparentando reposo y sin dejar traslucir lo que pasaba, salió del castillo con los escuderos que le habían acompañado, y se volvió a Baena.

Todos estos nombres y noticias se han tomado de los Hijos ilustres de Madrid, de Baena, y del Para todos, de Montalbán. Fuster, Biblioteca valenciana. D. Nicolás Antonio. Muchos de los mencionados, como Montemayor, Silvestre y Garci-Sánchez, se llaman sin razón poetas dramáticos. Cascales, Tablas poéticas, lib.

En premio de estos servicios el infante D. Sancho, ya rey, donó al concejo de Córdoba las villas de Baena, Luque y Zuheros.

No tomamos el camino real desde Bailén a Córdoba por no tropezar con la retaguardia del general Dupont, o con los muchos destacamentos que había dejado en todos los pueblos, y en vez de las diez y ocho leguas y media de que consta aquella vía, tuvimos que andar unas veinticuatro, pues en nuestro rodeo fuimos a Menjíbar; desde allí, por Torre Jimeno, siguiendo un detestable camino de herradura, pasamos a Martos, y de Martos, por Alcaudete y Baena, fuimos a buscar en Castro del Río la margen derecha del Guadajoz, que nos condujo a las inmediaciones da Córdoba.